Con el tema guita las personas se mandan al frente. Por eso hay una serie de protocolos y coreografías para hacer más soportable tanta intimidad.

Obviamente el gran tema en estos días es cómo tiene que ser la política de atención de la cuenta en una salida entre una mujer y un varón.

A esta altura del deshielo si un chico invita a una chica por primera vez, todavía está permitido que pregunte si puede invitar. Cuando pregunta se convierte en embajador.

Ese pibe se entierra si la chica quiere ir a la romana y él insiste en pagar. Empeora el clima de inmediato en 878, o en el bar que esté de moda ahora en la comuna 14.

El que se empeña en pagar irrita más que el que le sale bien encontrar la manera para no hacerlo.

Un lado feliz de la igualdad de Banelco en los bares es que la mejor forma de resolverlo es que pague un par de tragos uno y después invite algo el otre, y así reine la laxitud.

Me dijo el King milenial que es más o menos así.

En el noviazgo el dinero es un simulador de vuelo de cómo funcionaria el tema abajo de un mismo techo Ingalls. Desde las primeras salidas se empieza a acomodar cómo se garpa.

Hay una lentitud en la velocidad para sacar la billetera que demuestra no tantas ganas de concretar el hecho, es como un Tai Chi que promueve el -dejá, yo invito.

El que elige paga, dice Shafte the boss cuando a alguien se le ocurre que hay que ir a un lugar donde te matan. Está mal ser espléndido con el patrimonio colectivo.

El otro día fui a un asado. Los cálculos del final para saber cuánto le tocaba poner a cada uno duraron como una pequeña reestructuración de deuda. La verdad que no hacía tanta diferencia el número, ya no pegaba el sol y pasamos de gauchos carnívoros a contadores.

Una política igual de minuciosa ví muchas veces cuando se intenta dividir viendo qué pidió cada uno cuando todos pidieron más o menos lo mismo  Es como un intento de hacerlo como corresponde, con la billetera a la altura del mentón.

La amistad tiene que estar en su estado más transparente para que sea natural que un amigo que está ok invite a un amigo que está en la lona. Alrededor de quien paga hay una lagunita de ego.

Es snob levantarle la ceja a la gente que paga haciendo ruido como si festejara una fiesta. Mejor tener buena onda, porque son los que hacen las mejores fiestas escandalosas.

En la clase alta y club de fans la costumbre es no hablar de dinero. Pienso viene de una relación más larga con dispositivos para pagar de manera silenciosa. Relumbra la tarjeta negra.

Una forma lujosa de aprender es invitar a almorzar a alguien que sabe lo que necesitas saber. Se genera clima de templo budista cuando te juntas para escuchar a alguien.

Invitar una vez cada uno es un ritual para seguir viéndose.