Luego del duro comunicado que emitieron hace tres semanas, en el que le marcaron la cancha al Gobierno nacional por la eliminación del Ingreso Familiar de Emergencia y la reforma jubilatoria, los referentes de la CGT procuraron que la sangre no llegara al río y este miércoles retomaron su alianza estratégica con la administración de Alberto Fernández.

El Presidente los recibió en la Quinta de Olivos junto al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz. La tertulia se extendió durante dos horas e incluyó asado con ensalada para agasajar a los comensales.

La situación lo ameritaba: era el primer encuentro con los popes de la central obrera luego de los duros cuestionamientos a las últimas medidas gubernamentales. Ese documento se había divulgado mientras la misión técnica del Fondo Monetario Internacional negociaba con la Casa Rosada un nuevo préstamo para repagar el crédito de la gestión de Cambiemos y algunas semanas después del desplante del kirchnerismo a la CGT en el acto por el Día de la Lealtad, el 17 de octubre.

Un día después de la cumbre en Olivos, el cotitular de la entidad obrera, Héctor Daer, adelantó que la ayuda a empresas del programa ATP para afrontar la crisis por la pandemia continuará, pero se focalizará más en los sectores de mayores dificultades. En diálogo con A24, el referente del gremio de la Sanidad puso paños fríos a una de las principales quejas del sindicalismo al Ejecutivo en el marco del recorte pactado con el FMI.

Daer destacó que la administración nacional "consolidó a los trabajadores dentro de las empresas con un programa que fue el ATP, aunque admitió que el beneficio "no fue universal", es decir, no alcanzó a todas las empresas en apuros por la crisis sanitaria. Daer, dirigente albertista de la primera hora, fue quien solicitó la audiencia con Fernández.

En esa línea, uno de los pedidos de la central obrera al primer mandatario fue aumentar las mesas de diálogo, dado que se habían enterado de las últimas disposiciones oficiales "por los diarios". Ese petitotio por un mayor consenso también abarca a la conformación del Consejo Económico y Social, una promesa de campaña para reunir a empresarios, gremialistas y representantes del Estado que Fernández dilata desde el comienzo de su gestión.

Uno de los reclamos prominentes al Gobierno es la crítica situacion financiera de las obras sociales. De acuerdo a las precisiones que entregó el referente de la CGT en materia de Salud, José Luis Lingieri, el sistema tuvo un rojo de $8.000 millones acumulados en los ocho meses de pandemia, el déficit fue cubierto con recursos propios, las pérdidas mensuales alcanzan a los $1.500 millones y los $1.000 millones que giró el oficialismo a principios de noviembre no han sido suficientes para paliar el deterioro. Ayer, el jefe del Estado les prometió una reunión con el ministro Ginés González García.

"Todos quedamos por debajo de la inflación". La expresión fue del titular de UPCN, Andrés Rodríguez, pero graficó la pérdida de los salarios en este año de pandemia. Tan solo la UOCRA y los Bancarios lograron cerrar paritarias por encima del incremento del costo de vida, con un 33% y 34% de aumento para sus empleados, respectivamente.

Además, la CGT manifestó su rechazo al nuevo convenio que el Frente de Todos está buscando cerrar con el organismo monetario que conduce Kristalina Georgieva porque considera que alumbrarán más medidas de ajuste sobre los trabajadores, por la necesidad de disminuir el gasto público para aminorar el déficit fiscal. Entre ellas, el recorte de planes sociales y el cambio en el cálculo de la movilidad jubilatoria.