Mientras el Gobierno nacional acumula derrotas en la escena electoral y confirma un derrotero que abre serios cuestionamientos al éxito de Mauricio Macri en agosto y octubre, en el plano económico tampoco recibe buenas noticias: en marzo, la capacidad instalada de la industria cayó un 9,1% a nivel interanual y 0,8% respecto a los valores de febrero de este año.

Según divulgó el Indec, la proporción utilizada de la capacidad productiva del sector se ubicó en 57,7% en marzo, muy por debajo del 66,8% registrado en marzo de 2018, cuando atravesaba un período de notorio crecimiento que se cortó de cuajo con la corrida cambiaria de abril. El indicador está muy ligado al consumo interno, puesto que una gran parte de la industria está destinada al mercado local.

Sin embargo, el dato más resonante -y frustrante- para el oficialismo fue el que entregó la comparación con la medición de febrero de este año. Luego del veranito que mostró la actividad respecto a enero -que había exponenciado el peor nivel desde 2002-, los nuevos datos confirman que la recesión no llegó a su piso y que la esperada reactivación aún no da señales de despegue.

Las actividades que se ubicaron por debajo del nivel general fueron la industria automotriz con 35%, el sector de la metalmecánica excepto automotores con el 43,1%, productos de caucho y plástico con el 48,7%, productos textiles con el 49,8% y los productos alimenticios y bebidas con el 55,7%.

Nuevo golpe al Gobierno: vuelve a caer la capacidad instalada de la industria y congela la reactivación

Como sucede desde agosto de 2018, cuando se suscitó la segunda corrida cambiaria, el sector automotriz se consolida como el más afectado, a raíz de la disminución de la cantidad de unidades fabricadas por las terminales automotrices, a partir de la menor demanda local. El derrumbe interanual de la actividad fue abrumador: 23,2%.