El viernes pasado IRSA, una de los grandes grupos inmobiliarios de la Argentina, informó en un comunicado a la Comisión de Valores que no pudo completar el pago de deudas en el exterior. Con temor a un "default técnico", la empresa que comanda Eduardo Elsztain indicó que había acreditado los desembolsos de un bono en la cuenta de los tenedores de deuda, pero aquellos con cuentas en el extranjero no recibieron los giros ya que necesitaban una autorización del Banco Central.

Desde la cartera que maneja Guido Sandleris aclararon que, de ninguna manera, el control de cambios "va a afectar a las empresas que tengan deudas por pagar".

"La nueva reglamentación del BCRA establece que tipo de tratamiento tiene diferentes tipos de personas. Entre ellas, la distinción entres no residente y los residentes. Cada tipo de agente tendrá el tratamiento que le corresponde. Eso es lo se está evaluando", aseguraron desde el BCRA a ElCanciller.

A IRSA se le vencía un pago de 135 millones de la compra de un bono de la empresa. De acuerdo a la versión de la empresa, gran parte del pago se depositó en la cuenta de Clearstream Banking, con cuenta en la Caja de Valores, y que tiene la responsabilidad de girar a los acreedores extranjeros unos 95 millones de dólares por las Obligaciones Negociables (ON). El temor era que, desde el exterior, se la catalogue a la compañía inmobiliaria como morosa y, por ende, se baje su calificación internacional.

Según aclararon a ElCanciller, el BCRA sólo está analizando a los destinatarios del pago de Irsa de acuerdo a la reglamentación. Cabe destacar que en la comunicación A6770 del Banco Central se establecieron parámetros en el mercado de cambios "con el objetivo de mantener la estabilidad cambiaria". Entre las medidas se aclaró que aquellos personas jurídicas residentes -quienes podrán comprar divisas sin restricciones- "necesitarán conformidad del Banco Central de la República Argentina para la precancelación de deudas, para girar al exterior utilidades y para realizar transferencias al exterior".

Por su parte, en el mismo documento, se indica que tanto las personas humanas como jurídicas que no sean residentes "podrán comprar hasta USD 1.000 por mes y no podrán realizan transferencias de fondos de cuentas en dólares al exterior".

El reclamo de IRSA

La compañía inmobiliaria IRSA afronta un vencimiento de deuda de USD 130 millones. Parte de ese pago -se habla de 95 millones- no llegó a los tenedores de la ON en el exterior.

"Los tenedores del bono IRS19 cuya custodia se encuentra en cuentas en el exterior, no han visto acreditado aún el capital e intereses que ha sido pagado por la Compañía en debido tiempo y forma según los términos y condiciones de la emisión del mismo el pasado 9 de septiembre del corriente, tal como ha sido comunicado oportunamente”, indicaron en la carta a la Comisión de Valores.

Según explicaron economistas al portal Fortuna, la consecuencia de esa demora podía ser un "default técnico". "La normativa establece que, si superados los 30 días del plazo de pago original, el dinero no pudo ser depositado en la cuenta de cada acreedor, se considera al deudor en default técnico", expresaron.  Irsa rechazó esa afirmación: "Nosotros depositamos la plata donde correspondía y son la Caja de Valores y el Banco Central los que deben cumplir su parte y permitir que los fondos lleguen a manos de los acreedores”.

En la última semana, en la Bolsa de Nueva York las acciones de IRSA registraron una caída del 3,23%.