Nueve meses después del escándalo en las inmediaciones del Monumental, que trasladó la final de la Copa Libertadores al estadio Santiago Bernabéu, River Plate y Boca Juniors se volverán a enfrentar en la Capital Federal. Y será con el Millonario de local. Nuevas disposiciones de seguridad y una prohibición a la dirigencia riverplatense forman parte del cóctel con el que la Ciudad buscará evitar cualquier disturbio.

Luego del bochornoso episodio que obligó a Martín Ocampo, entonces ministro de Seguridad de la Ciudad, a renunciar a su cargo, en enero de 2019 las nuevas autoridades lanzaron el Comité de Seguridad del Fútbol, un organismo que conduce Valeria Sikorski y apunta a prevenir acciones delictivas y violentas en los estadios.

Fuentes del Ministerio de Seguridad y Justicia de la Ciudad le informaron a El Canciller que para la nueva edición del Superclásico estará disponible el flamante Sistema Aerostático de Vigilancia, un mecanismo de visualización montado en un globo aerostático, que puede elevarse 300 metros y cuenta con un ángulo de visión de 360º, el que permite identificar objetos en distancias mayores a dos kilómetros.

Fuerte operativo de seguridad y una prohibición a River: la vuelta del Superclásico al Monumental

En el operativo trabajarán 1.400 hombres entre policías y empleados de seguridad privada y en todos los accesos a la cancha se utilizará el programa "Tribuna Segura”, que detecta mediante el número de DNI a aquellas personas que tengan pedido de captura o sobre las cuales pese el derecho de admisión.

A diferencia de aquel sábado 24 de noviembre, cuando actuaron la Policía Federal y la Prefectura, esta vez la Policía de la Ciudad se encargará de todo el operativo, incluído el traslado del plantel Xeneize hasta el estadio.

Dada la agresión al micro de Boca que derivó en la suspensión de la final de la Copa, para esta ocasión el ómnibus del equipo de Gustavo Alfaro fue reforzado con vidrios antivandálicos. Además, en la esquina de Lidoro Quinteros y Libertador, lugar del incidente, habrá un vallado de dos metros de alto que les impedirá a los hinchas de River observar al micro cuando esté doblando para ingresar al estadio.

El partido también será custodiado desde otro aspecto. En las últimas horas, el Gobierno les notificó mediante una nota a los dirigentes riverplatenses la prohibición para poner dos mosaicos, uno en la platea Belgrano y otro en la San Martín, que iban a hacer alusión a las dos finales que River le ganó a Boca en 2018: uno, a la Supercopa Argentina disputada en Mendoza y el otro, a la final de Madrid.

Desde Núñez planificaban utilizar 30.000 cartulinas para formar los números 14/3 y 9/12, pero el Gobierno decidió aplicar el artículo 113 del Código Contravencional, el que "penará a todo aquel que provoque a la parcialidad contraria aún cuando no haya parcialidad contraria en el estadio".

Una fuente del club le confió a El Canciller que pese a la indignación, iban a acatar la resolución, ya que de incumplirla, los dirigentes se arriesgan a una multa de $200.000 y el arresto por 60 días tal la sanción prevista en el artículo 103 del Código Contravencional.