A la tarde el Petit Colón es dorado y silencioso, es como estar adentro de una gota de Rivotril. A la mañana es un lugar pálido lleno de abogados que usan tener más información que sus clientes para ponerlos contra las cuerdas.

Los abogados son expertos que comen carne cruda, cobran por saber y por hacer. Hay otra clase de expertos que venden solo opiniones hechas del aire de lo que se dice.

Una vez un experto me dió consejos para parecerlo. Usaba sweaters de bostoniano próspero de los años cincuenta que lo hacían parecer muy respetable.

  1. Me dijo que la primera regla es saber llamar la atención, ecualizarse para el mejor aterrizaje de la mirada del otro, transmitir un silencio antes de decir la gran cosa, hacer todo porque te quieran escuchar.

  2. El experto tiene que hablar desde algún lado. Una vez Ralph Murphine, un señor viejo y texano me mostró el cv que le daba a los clientes. Era una hoja llena de elecciones ganadas para los demócratas. Las elecciones empezaban en los sesenta, me las imaginé como si fuera una película. A lo suyo póngale IVA sin pasarse.

  3. Para parecer un experto diga lo que piensa. La gente en general tiende a tomar en cuenta como le va a caer su opinión a la autoridad. El que cuando no hay gente alrededor le dice al jefe lo que piensa se convierte rápidamente en experto.

  4. El experto que anda diciendo por todos lados lo que piensa se queda arafue rápidamente. La realidad es obvia e inconveniente y en general hay poco para hacer. En la mayoría de los lados, los clientes del experto no se copan cuando se arma el debate.

  5. Hacer que te escuchen es una técnica que se aprende. Hay que pensar en el tema que importa hasta que aparezca algo relevante que no se está diciendo. Después avisar que tenés una opinión para cuando el otre tenga un minuto. Eso genera mucha expectativa y asegura el cono de silencio y atención necesarios para que el experto o experta hagan su trabajo y continúen viviendo de la venta de intangibles.

  6. El experto también le pide Quality Time a las personas clave. Se invita a desayunar a un lugar lindo, se mima con un almuerzo, el experto tiene un círculo de amigos que saben más y le opinan sin ánimos de lucro.

  7. Le experte opina adentro de lo posible. Están las imposibilidades materiales obvias y también las invisibles, los límites duros del pensamiento de un grupo de personas. Eso no nos sale, me dijo el capitán Frío cuando le fui con una idea que era mala porque no la sentíamos.

  8. El experto aprende a ponerse precio. Nunca le pongas número redondo a un presupuesto, me dijo Shafte. El número tiene que parecer medido con precisión, porque el vendedor de opiniones tiene que transmitir la idea de que hay una estructura de costos.

  9. El experto tiene que decidir si es arriesgado o conservador. Los arriesgados son más vistosos pero cada tanto se la pegan contra un poste. El experto conservador se la juega a que las cosas se acomodan solas, movidas por la inercia grande, entonces usa unas frases que le permitan ir acompañando sin jugársela. Hay que navegar por el medio del canal, para evitar los flechazos de los dos lados, decía en reuniones de directorio el experto de los sweaters tranquilizadores, todo seguía parecido y se seguían emitiendo facturas.

  10. Para parecer un experto hay que mirar todo el tiempo alrededor. En general los que deciden solo están mirando para adelante.