El precandidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, le tomó la mano a la campaña electoral y, luego de un errático comienzo, consiguió hacer foco en la agenda económica.

El oficialismo, con su estrategia 100% duranbarbista, quiso subir a Cristina Fernández de Kirchner al ring por todos los medios posibles, pero no llegaron ni al pesaje. La senadora nacional nunca entró en el juego. Por su parte, Alberto Fernández pudo meter a la crisis en la escena.

La propuesta de subir las jubilaciones un 20% a partir del 10 de diciembre fue la bala que le entró al Gobierno. Desde funcionarios, pasando por candidatos y hasta las espadas mediáticas del oficialismo le salieron al cruce a Alberto que, rápido de reflejos, redobló la apuesta ante los cuestionamientos de cómo lograría llevar adelante tal medida.

Las célebres Leliq fueron la respuesta y a partir de ese momento los puso a todos a hablar de intereses, bancos, deuda, tasas, dólar, etc. Al ángulo.

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Yendo al centro de la cuestión, la crítica más dura hacia la propuesta del aumento de las jubilaciones es acusarlo a Alberto Fernández de demagogo y decir que la promesa no es posible de cumplir. Sí, los creadores de pobreza cero, eliminar el impuesto a las ganancias, el millón de créditos hipotecarios y los tres mil jardines, se pusieron a hablar de promesas incumplidas. Insólito.

Entonces, ¿es impracticable dar un aumento jubilatorio? No. Podrá ser difícil, pero la política es el arte de hacer posible lo imposible; lo que hace falta es voluntad y decisión política. El macrismo pisa el palito negando la posibilidad de mejorar los haberes de los jubilados porque devela que las prioridades de Juntos Por el Cambio caminan por otra vereda.

¿Acaso fue difícil aplicar los tarifazos? ¿Por qué para quitarle las retenciones a los grandes terratenientes y a las mineras no tuvieron ningún reparo? Sin ir más lejos, la reforma previsional que perjudicó notablemente a los jubilados ¿era la única opción? No, había otras opciones pero Macri y su equipo eligieron el ajuste para los que menos tienen y que ganen los mismos de siempre. En eso también hay una decisión política. Y sin dudas también mucha voluntad.

"Macri y su equipo eligieron el ajuste para los que menos tienen y que ganen los mismos de siempre. En eso también hay una decisión política".

No deja de llamar la atención que en la campaña electoral de 2015 desde Cambiemos afirmaban que podíamos vivir mejor y hoy eligen el conformismo y la negación a todo tipo de mejora sustantiva en la economía de los sectores medios y bajos. Vaya si es una paradoja que hoy nos quieren hacer creer que "no se puede".

Para salir de la crisis hace falta voluntad y decisión política, pero también hay que saber cuáles son las prioridades de cada fuerza política. Hoy, más que otras veces, esas prioridades están muy claras.

Mientras el Frente de Todos propone, el macrismo niega. Quizás ahora sea el momento de que todos los argentinos sean los que digan que se merecen vivir mejor, porque sí se puede.