El historial reciente de disputas entre la AFA y la Conmebol terminó mal. Claudio Chiqui Tapia, que había aterrizado en la sede del organismo para calmar las aguas con sus pares sudamericanos, fue desplazado de su cargo como representante ante el Consejo de la FIFA y pagó los platos rotos por las acusaciones de corrupción en la Copa América: Lionel Messi solo fue sancionado con una fecha de suspensión y US$ 1.500. 

¿Qué pasó en el último tiempo entre el presidente de la AFA y la Conmebol? La trama de desencuentros inició en la fallida Superfinal de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, en el Monumental, en la que hinchas del Millonario, además de provocar la suspensión del partido, escupieron a Alberto Domínguez y Gianni Infantino. El traslado de la definición a Madrid no contentó a los dirigentes argentinos, que buscaban disputarla en Córdoba o Mendoza. 

Amnistía para Messi y condena para Tapia: crónica de la disputa entre AFA y Conmebol

Los cortocircuitos crecieron cuando Domínguez le cedió la final de la Copa América 2020 a Colombia, cuando fue Argentina la primera en postularse para organizar la competición. En este sentido, no sorprendió que el estadio de River no fuera seleccionado para albergar el torneo, por los desmanes mencionados.

Todo terminó de estallar en Brasil. El seleccionado nacional fue perjudicado por dos fallos arbitrales en las semifinales ante el conjunto local, Messi despotricó contra los jueces y Tapia intentó conseguir, en vano, las grabaciones entre Roddy Zambrano y el VAR. 

Amnistía para Messi y condena para Tapia: crónica de la disputa entre AFA y Conmebol

El tercer puesto con Chile fue el último eslabón de la cadena. El rosarino fue expulsado erróneamente, acusó de corrupción a la Conmebol y pegó el faltazo a la entrega de premios, en una señal de protesta que emuló el mandamás de Barracas Central: no asistió a la cena final de presidentes.

Para culminar la faena, Tapia redactó una carta pública en la que apuntó contra las autoridades arbitrales de la entidad sudamericana -entre quienes está Héctor Baldassi- y hasta se animó a señalar a Jair Bolsonaro por lo que consideró un amaño para ayudar a Brasil. Arribó a Luque para pedir disculpas, pero era muy tarde: Messi fue liberado de culpas y él pagó los platos rotos.