La determinación de Cristina Fernández de Kirchner de ceder e ir por la vicepresidencia acompañada de Alberto Fernández implicó un sacudón al escenario político. A partir de ese momento, Cambiemos comenzó a delinear la respuesta a semejante impacto.

Entre las consideraciones se barajaba la posibilidad de un vice radical, incluso se habló de Ernesto Sanz o de Luis Brandoni. Otra opción era que una mujer acompañara a Mauricio Macri, estrategia que utilizó con éxito en 2007 y 2011 para la jefatura de gobierno y en 2015 para la Presidencia. Sin embargo, optaron por un hombre y peronista.

¿Qué gana el oficialismo con ese binomio? En primer lugar, es una señal a los mercados. Brinda estabilidad y gobernabilidad. Las respuestas del Círculo Rojo, que le reclamaba abrirse, fueron positivas.

Macri-Pichetto: una fórmula para el mercado

Por otra parte, Pichetto le da esa posibilidad de ampliar la coalición de gobierno sumando a los peronistas heridos que queden afuera del acuerdo Massa-FF y a los pocos miembros que quedaron en la ya casi extinta Alternativa Federal (Urtubey y Schiaretti), que deberán decidir rápidamente si juegan con Macri o con la oposición.

En ese marco, con los Fernández por un lado y Macri-Pichetto por el otro, con un Lavagna disminuido, la polarización estará a la orden del día. El juego que Durán Barba quería y al que el gran frente opositor necesita escapar para no caer la trampa de la Casa Rosada.

Otro dato a tener en cuenta, y dado que el Gobierno va a tener que evitar el tema económico durante el proceso electoral, es que el perfil del senador puede dar un indicio del tipo de campaña al que apuntará el oficialismo. ¿Se vendrá una retórica nacionalista, anticomunista, anti inmigrantes y de mano dura al estilo Trump o Bolsonaro?

El perfil del senador puede dar un indicio del tipo de campaña al que apuntará el oficialismo. ¿Se vendrá una retórica nacionalista, anticomunista, anti inmigrantes y de mano dura al estilo Trump o Bolsonaro?

En simultáneo, ¿qué puede perder Cambiemos con esta decisión? Por una parte, deja heridos dentro de la coalición de gobierno. Los radicales exigían de máxima una PASO y de mínima poner al vice. Sin embargo, nuevamente fueron ninguneados por Macri, con la ofensa mayor de que el candidato sea nada más y nada menos que un peronista.

Por otro lado, cabe recordar que Pichetto siempre fue señalado por el oficialismo como el que le garantizó “la impunidad” a CFK en el Senado impidiendo su desafuero. Menuda contradicción, entonces, llevarlo en la fórmula presidencial.

Cabe recordar que Pichetto siempre fue señalado por el oficialismo como el que le garantizó “la impunidad” a CFK en el Senado impidiendo su desafuero. Menuda contradicción, entonces, llevarlo en la fórmula presidencial.

En ese sentido, cabe preguntarse ¿cómo entra la narración futuro vs pasado si Cambiemos lleva de vice a una de las figuras importantes de los 12 años de kirchnerismo, exduhaldista y exmenemista? A las claras está que donde más pierde es en el nudo central de su gobierno: el relato. La esencia de Cambiemos es netamente antiperonista y luego de cuatro años de discursos sobre la decadencia peronista de los últimos 70 años, al que se le achaca todos los males del país, Macri termina llevando un peronista en su fórmula presidencial. Vaya paradoja.

Así las cosas, la fórmula Macri-Pichetto nace producto del propio fracaso de Cambiemos, que ahora se ve obligado a cambiar para garantizar la supervivencia del modelo de ajuste. Una decisión que busca amplitud hacia afuera pero que puede no obtener los resultados esperados, y que, para colmo, le puede traer problemas en el hacia adentro. Los mercados, por ahora, son los únicos conformes, pero no nos olvidemos que ellos no votan y que no siempre las fórmulas de los mercados son las más beneficiosas para la gente.