Miguel Ángel Pichetto como vice de Mauricio Macri es la movida estratégica política más importante de la historia mundial, en términos de procesos de transición entre colectivismos populistas y socialdemocracias capitalistas.

En el combate entre fuerzas totalitarias y fuerzas democráticas siempre se dio el mismo mecanismo: crisis disruptiva con destrucción económica e institucional (puede ser una guerra civil o en el caso argentino, el cristinismo), gobierno de transición democrática débil y asustadizo (macrismo), la claudicación del débil y la vuelta del anterior por triplicado.

Por ejemplo, en Hungría, tras la segunda guerra, el aparato político sobreviviente de la ocupación nazi estaba compuesto por ex guerrilleros y partisanos, en suma, la resistencia al invasor, todos de fuerte tendencia comunista y pro-URSS. Fueron desplazados por aclamación (y votos) para ceder el gobierno a un partido “Social Demócrata”. Este partido ante las presiones de la resistencia, la crisis económica y el poder soviético operando las 24hs cedió miserablemente y terminó formando un nuevo gobierno, regalándole el ejercicio de poder real a los soviéticos. Este par de años de debilidad socialdemócrata le otorgaron a Hungría unos 40 años de comunismo extremo que hicieron que el país viviera en 1980 como en el medioevo.

Miguel Ángel Pichetto como vice de Mauricio Macri es la movida estratégica política más importante de la historia mundial.

Cambiemos, hasta hoy, era ese partido socialdemócrata húngaro débil y miserable, con el monstruo colectivista preparándose para la toma del poder y preanunciando sus medidas de anulación de la Constitución Nacional, persecución de opositores, fin de la propiedad privada y rompimiento de relaciones con toda pizca de mundo occidental.

Al incorporar al peronismo No-Cristinista (no me atrevería a decir No-Nestorista), Cambiemos blinda el Congreso para su próximo ejercicio. Entre Cambiemos y Alternativa Federal, sumados los senadores "independientes" que suelen votar a favor, Cambiemos tendría casi 50 senadores a disposición de los 70 disponibles.

Como esto acaba de anunciarse hoy, no podría afirmar que la gesta de Mike será acompañada por Schiaretti y Urtubey. De ser así los votos de Cambiemos en, por ejemplo, Córdoba superarían ampliamente el mas de 60% que Cat cosechó en 2015. Ni hablar en otras provincias con la suma del poder territorial peronista con los fondos nacionales repartidos desde la Casa Rosada.

Cambiemos, hasta hoy, era ese partido socialdemócrata húngaro débil y miserable, con el monstruo colectivista preparándose para la toma del poder.

¿Y los radicales? Mueren en la de siempre, no se pusieron de acuerdo en quien mandar para que ocupara el lugar ofrecido de vice y los terminó caminando un peronista.

Quedan muchos interrogantes. Por empezar, cómo se puede sentir Mike en este nuevo ecosistema de tipos que pasan los 50 años, hacen yoga y se ponen aceite de coco en la cara antes de ir a dormir. O la juventud emocional del PRO, que si hay una guerra mundial automáticamente se transformarían en mariposas y a los minutos se morirían de un ataque de asma.

Puedo sí decir algo de lo que no tengo ninguna duda. Mauricio Macri se sentiría mucho mejor rodeado de peronistas de derecha que con los traicioneros y cobardes radicales, que solo se dedicaron a complotar contra cualquier cambio que se intentó hacer por estar enquistados en miles de kioskos de la Administración Pública.

Miguel Ángel Pichetto y el cambio obligado para evitar el hundimiento