La decisión de Cristina Fernández de Kirchner de presentarse como candidata a vicepresidenta de Alberto Fernández provocó una reacción en cadena dentro del Partido Justicialista. Al margen de las celebraciones generales y algunas críticas aisladas, hubo dirigentes de peso que respondieron con movimientos inmediatos.

El primero fue el jefe del bloque de diputados nacionales del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, quien confirmó que bajará su precandidatura presidencial para apoyar la fórmula Fernández-Fernández de Kirchner.

"No voy a ser candidato", afirmó el santafesino en declaraciones a radio AM 750, luego del anuncio de la ex presidenta. Y agregó: "Ella eligió al dirigente que cree que mejor representa al espacio".

Luego fue Felipe Solá quien, al igual que el legislador, borró su precandidatura a presidente y celebró la decisión de Cristina de ceder el lugar que, por caudal de votos y liderazgo, estaba destinado para ella.

"Mi candidatura tenía una única misión: construir una unidad amplia para defender al trabajo, a los humildes y a la clase media. Ese objetivo está cumplido", explicó el exgobernador de la Provincia.

Finalmente, llegó el turno de Daniel Scioli, el último de los peronistas que había anunciado su intención de competir en las PASO. Pero, a diferencia de los mencionados, mantuvo su postura.

"Cristina tomó una decisión, como cada uno de nosotros iremos tomando decisiones", indicó el ex gobernador bonaerense, quien a su vez remarcó que "la democracia necesita alternancia".

En diálogo con Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano en A Dos Voces, Scioli había ratificado su candidatura sin importar la decisión de Cristina. "No compito contra Cristina, sino con Cristina", explicó.

Guillermo Moreno también había expresado sus ganas de ser candidato. De hecho, fue el primer peronista en hacerlo. Sin embargo, el viernes la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal le confirmó su inhabilitación perpetua a ejercer cargos públicos por la causa del cotillón anti Clarín.