En las elecciones generales que se llevan a cabo este domingo 12 de mayo en Córdoba se elige al próximo gobernador, legisladores provinciales y autoridades municipales, pero también se pone a prueba una vez más un sistema de boleta única en papel en el país, al igual que en Santa Fe. Aprobada en 2011 primero en Córdoba y luego en Santa Fe, la boleta única fue utilizada por primera vez en esta última. Pero como casi todo lo que tiene que ver con cuestiones que hacen a la política, ni siquiera en este punto hay unanimidad de método. Sí: la boleta única de papel de Córdoba es distinta a la de Santa Fe.

Con un sistema similar al aplicado en países como Italia, Paraguay y la región alemana de Baviera, el formato santafesino consiste en boletas separadas por categoría electiva y contiene toda la oferta electoral para la categoría en cuestión. El votante elige mediante una marca en la casilla del partido o lista correspondiente. En caso de que el sufragante quiera votar en blanco, tan sólo debe aplicar la literalidad y no hacer ninguna marca. Cualquier boleta que contenga dos o más marcas por categoría, tachaduras o leyendas, será anulada. Las boletas santafesinas no poseen la opción de votar una lista completa, dado que cada boleta es independiente del resto. 

Todas las boletas únicas de Santa Fe separadas por categoría
Todas las boletas únicas de Santa Fe separadas por categoría

Finalmente, las boletas se depositan en una urna compuesta por varios compartimientos separados, con bocas identificadas con distintos colores y la inicial de la categoría electiva.

La provincia de Córdoba, en cambio, posee una sola boleta con toda la oferta electoral para todas las categorías electivas. En ella, el votante elige haciendo múltiples marcas, una por cada categoría, o si así lo quisiera, puede votar lista completa con una sola marca.

Las diferencias entre la boleta única de Córdoba y la de Santa Fe

El sistema podría resultar conflictivo para los partidos vecinalistas, o que compiten por una sola categoría inferior a gobernador, dado que marcar como lista completa los cargos de intendente y concejal no excluye la opción de votar lista completa para gobernador por otro partido. Esta múltiple opción podría generar gran cantidad de votos parcial o totalmente nulos. Al igual que en Santa Fe, la forma de votar en blanco es no marcar ninguna casilla, pero la duplicación de marcas anula el voto. Asimismo, en las boletas a utilizar, la foto del gobernador no aparece en la casilla de la categoría correspondiente –valga la redundancia, la de gobernador– sino que figura al lado de la opción "lista completa". Si a ello le sumamos que hay 218 modelos de boleta única –según el distrito– el panorama del recuento pasa a ser muy distinto al santafesino, donde todos los distritos contaron con una sola boleta de gobernador y variaban las de autoridades locales. Dentro de lo complejo, si se quisiera aplicar este sistema de boleta única para todas las categorías en unas PASO, la boleta podría tomar tamaños siderales. 

Tanto en Santa Fe como en Córdoba, la boleta se entrega firmada por el presidente de mesa al votante, quien se dirige a un box de cartón donde realiza las marcas para luego volver con la o las boletas dobladas para ser depositadas en una urna que, en el caso de cordobés, es convencional de una sola boca.