En su columna de hoy, Marcelo Bonelli asegura que Donald Trump intercedió ante el Fondo Monetario para que se vuelva "flexible" ante la situación de Argentina. "El diálogo entre ambos presidentes fue fruto de la intensa intervención de Washington, para torcerles el brazo a los técnicos y directivos del FMI", aseguró el periodista en su columna publicada hoy en Clarín, horas después de que el Fondo brindara un nuevo respaldo al Gobierno y a Mauricio Macri como candidato.

Según Bonelli, "el explícito apoyo político" de Trump a Macri "sirvió como bálsamo frente a las propias turbulencias que genera la Casa Blanca en su pelea con China" y permitió que el dólar no experimentara cambios bruscos. Ayer, el vocero del FMI, Gerry Rice, sostuvo en conferencia de prensa que "nadie quiere minimizar los desafíos que enfrenta la Argentina" y remarcó que el Gobierno, tras el acuerdo con el organismo, logró "avances importantes que no deben pasarse por alto".

En Twitter, tanto Rice como la cuenta del FMI en español utilizaron una palabra que el vocero no había usado en la conferencia: flexibles. "Continuaremos siendo flexibles para ayudar a Argentina en este esfuerzo", cerraba el mensaje posteado en los dos perfiles de esa red social. Según Bonelli, "fue una orden directa de la Casa Blanca lo que obligó al FMI a cambiar sus dogmas y preceptos y autorizar la intervención del BCRA en el mercado cambiario".

El trasfondo es político y no solo para Macri. Christine Lagarde también se juega su propio pellejo. Argentina es el país del mundo que más dinero le debe al Fondo y, de fracasar el programa acrodado entre el organismo y el Gobierno, la directora gerente pagará un costo. En su columna en Clarín, el periodista económico señaló que "el traspié de los técnicos del Fondo generó una fuerte reacción interna en el organismo" y agregó: "Alejandro Werner y Roberto Cardarelli se opusieron inicialmente de manera tenaz a las modificaciones. Pero tuvieron que olvidar sus creencias, cuando recibieron la directiva de David Lipton".

Entramos en el "Endgame” de la economía Cambiemos

Lipton es el primer subdirector del FMI, el segundo de Lagarde. Fue quien, en septiembre de 2018, le dio el visto bueno a la propuesta de implementación de la "zona de no intervención" de Guido Sandleris y Gustavo Cañonero. A principios de abril de este año, Sandleris volvi{o a Washington para reunirse con él con un solo objetivo: poder usar el dinero del préstamo para frenar una eventual escalada del dólar. Dos semanas después el Central recibió la autorización del Fondo, el cuarto cambio que recibió el acuerdo stand-by desde que se firmó.

"El malestar se reflejó en el trámite totalmente irregular que se utilizó para aprobar el cambio del acuerdo con la Argentina. El staff omitió producir un habitual y obligado informe, y la notificación informal al Board se concretó sin una reunión presencial de sus directivos. La reacción de los tecnócratas obedece a un temor instalado en Washington: todos están sujetos a una revisión interna de sus decisiones", señaló Bonelli hoy. 

La presión de Christine y el factor Trump, el aliado incondicional de Macri que volvió "flexible" al FMI

Según el periodista, "entre los banqueros existe la información confidencial de que Trump estaría dispuesto a ampliar los préstamos en caso de que la Casa Rosada siga sin hacer pie en los mercados", para poder garantizar el pago de los fuertes vencimientos de 2020. Pero hay una condición: que Macri sea reelecto.

En Argentina, esto último no es una seguridad. Bonelli aseguró que Trump decidió llamar a Macri después informarse sobre las encuestas de opinión pública que los consultores argentinos hicieron circular por Wall Street. "El mensaje político que ambos emitieron fue claro: la Casa Blanca otorga un respaldo político todoterreno a Macri. En otras palabras: no va a dejar que el Presidente se vea afectado por otra tormenta cambiaria".