Después de un martes de paro que produjo pérdidas por $12 mil millones, Juan Carlos Schmid criticó la falta de diálogo dentro de la CGT y aseguró que podría haber otra huelga general. En un contexto en el que todas las medidas afectan negativamente al Gobierno, el método corrosivo de los sindicatos genera un desgaste de cara a octubre. 

En diálogo con Luis Novaresio, el secretario general de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y extriunviro de la CGT, aseguró que en este momento hay un contexto propicio para avanzar con otra huelga general, pero que para eso es necesario trabajar puertas adentro de la central obrera para superar la interna. 

"No hay debate dentro de la CGT", apuntó, a la vez que afirmó que hay un quiebre que sigue el lineamiento de la grieta, y que es una de los impedimentos a superar desde el sindicalismo para lograr avanzar con los reclamos. "Estoy en una posición de no estar alineado en las líneas de fractura que hoy están dentro de la CGT. Parece ser que alguien en la Argentina de hoy que tenga una postura intermedia entre los extremos, no tiene lugar y es un boludo", criticó.

Efecto desgaste: apela Schmid a la unidad de la CGT para avanzar con otro paro antes de las elecciones

También disparó contra el Gobierno y aseguró que en estos cuatro años de gestión, no escucharon ni respondieron a las demandas de los trabajadores. "El diálogo con este último tramo tiene muy poco volumen como para encontrar alguna alternativa", confirmó.

En un escenario de ahogamiento económico, con esfuerzos frustrados de Mauricio Macri por contener los aumentos en los precios de los productos de la Canasta Básica, los combustibles y las tarifas, las medidas de protesta impactan de lleno a Cambiemos. 

Mientras el índice de salarios registró en febrero un aumento del 2,7 % frente a una inflación del 3,8 % y disminuyen el consumo y el poder adquisitivo, el quiebre de los sindicatos con protestas divididas generan un efecto desgaste. Lo que políticamente podría significar un debilitamiento, las huelgas individuales y extendidas también corroen la imagen del oficialismo y ponen en juego la reelección de cara a octubre.