Lisandro López fue el mejor jugador de la Superliga. Emblema del Racing campeón, el delantero demostró a lo largo del torneo la jerarquía que lo llevó a desarrollar la mayor parte de su carrera en el viejo continente así como su vigencia para constituirse como la insignia de un equipo que se caracterizó por su gran intensidad, una arista no negociable en la propuesta del Chacho Coudet. 

A sus 36 años, el ídolo logró cumplir su objetivo de consagrarse con el club de sus amores y lo hizo de manera destacada: aportó 17 goles en 23 fechas, una marca formidable con la que lideró cómodo la tabla de goleadores del certamen. Aquí, todas sus conquistas.