Roger Waters, exlíder de la emblemática banda Pink Floyd, se puso al frente de una guerra contra el magnate Richard Branson, dueño de la discográfica Virgin, que organiza un recital cerca de la frontera entre Venezuela y Colombia para apoyar la llegada de ayuda humanitaria, el próximo viernes 22 de febrero.

Según Waters, Branson fue "comprado por el Gobierno de Estados Unidos" y su concierto será parte del plan de intervención de Donald Trump en Venezuela, ya blanqueado por varios integrantes de su gobierno. "Esto no tiene nada que ver con las necesidades del pueblo de Venezuela", lanzó Waters en un video que difundió en sus redes sociales. "No tiene nada que ver con la democracia, ni con la libertad, ni con la ayuda humanitaria", sentenció.

El músico también aseguró que en Venezuela "no hay, hasta ahora, guerra civil, ni disturbios, ni asesinatos, ni señales de supuesta dictadura". También negó que haya encarcelamiento de opositores y restricciones a la prensa, algo que le valió duras críticas de parte de artistas y ciudadanos venezolanos en las redes.

Branson es una celebridad en el mundo de la música por haber creado el sello Virgin (que luego expandió a otros negocios como la aerolínea Virgin Airways y la reciente Virgin Galactic, la primera línea comercial espacial), y decidió organizar una suerte de "Live Aid" (el histórico concierto en el que tocaron las bandas y los artistas más importantes del mundo) pero en Cúcuta, llamado "Aid Live".