Hubo que retrotraerse al 1 de octubre de 2018 para rememorar cuándo había sido la última vez que el dólar había superado los $40. Luego de cinco meses en los que la política monetaria contractiva que inyectó Guido Sandleris a pedido del FMI calmó a la moneda norteamericana, la escena se volvió a replicar. ¿Cuáles fueron los factores que incidieron para que esto sucediera?

En el cierre de la rueda, el tipo de cambio anotó un alza por quinta jornada consecutiva y subió cincuenta centavos para cotizar a $40,32 en el promedio minorista. El escenario no genera preocupación en el Banco Central debido a que la divisa se ubica dentro de la zona de no intervención cambiaria.

Límites a los bancos, tasas bajas y alta inflación: los factores que devolvieron al dólar a los $40

El freno a la fuerte baja en las tasas, que por cuarta jornada consecutiva experimentaron un crecimiento, influyó en el comportamiento de los bancos sobre las Leliq y el cese al ingreso de fondos especulativos. La semana pasada, el BCRA resolvió limitar el monto máximo de Leliq con el que puede contar un banco al 65% de los depósitos de sus clientes o al 100% de su patrimonio.

Por otra parte, la agresiva política con las tasas de interés -llegaron a recaer 30 puntos porcentuales respecto al récord del 75% que implementó el presidente de la entidad monetaria- y un ostensible aumento de la inflación, muy por arriba de las estimaciones oficiales, derivaron en que los inversores prescindieran de los pesos y volcaran el negocio a los dólares, culminando así el famoso "carry trade".

El plan oficial no contempla una caída abrupta de la inflación ni un repunte de la economía: todas las energías del plan económico y financiero están puestos en evitar una nueva corrida cambiaria, que le daría mucha fragilidad al país en medio de un año electoral.

En este sentido, como aseguraron varias fuentes del Gobierno, el plan oficial no contempla una caída abrupta de la inflación ni un repunte de la economía: todas las energías del plan económico y financiero están puestos en evitar una nueva corrida cambiaria, que le daría mucha fragilidad al país en medio de un año electoral.

Lejos de las metas de la Casa Rosada, las consultoras privadas estiman que la inflación de febrero podría alcanzar al 4%, por la fuerte incidencia del aumento de la electricidad (26%) y la nueva suba del costo del transporte (18% para colectivos y 13% para trenes), a los que se suman el impacto de la suba de los combustibles (1,5%) y el ajuste autorizado para las prepagas (5%). Elypsis postula que el alza del costo de vida se posicionará en un 3,5%, Hernán Hirsch un 3,6% y Eco Go asegura que estará más cerca del 4%.