Luego de que en las últimas encuestas que encargó Jaime Durán Barba la imagen positiva y la intención de voto de Mauricio Macri dieran cifras muy bajas, desde el Ejecutivo buscan cederle al radicalismo las candidaturas para la gobernación y así evitar las internas.

Los números del presidente no alcanzan para la reelección y ponen en riesgo el futuro del proyecto político de Cambiemos. Ahora, en algunas provincias, inclusive en las que el oficialismo ganó con amplia mayoría en 2015 y 2017, los sondeos muestran un escenario negativo.

Ni lerdos ni perezosos, los radicales tomaron cartas en el asunto y promovieron la avanzada para posicionar a sus candidatos en esos territorios.

Buscan Frigerio y Cornejo apaciguar el enojo radical con candidaturas "low cost" en el interior

El Gobierno, por su parte, reconoce su debilidad y cree que evitar las tensiones con los radicales favorecerá no sólo para evitar un escenario difícil en las PASO, sino también un acercamiento de posiciones de cara a octubre, sobre todo en algunas elecciones clave como La Rioja, Entre Ríos, Río Negro, Santa Fe, Mendoza, Chubut y Tucumán.

Con acuerdos con el gobernador de Mendoza y presidente del Comité Nacional de la UCR, Alfredo Cornejo, el Gabinete se reúne, a través del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, para cerrar la estrategia.

En La Rioja, por ejemplo, donde no hay primarias, el 76% de los consultados por un relevamiento del ecuatoriano evaluó la gestión del presidente como "muy mala" (37%), "mala" (26%) o "regular-mala" (13%).

Allí, donde aún están a la espera de que la Corte decida si es válido el resultado de la consulta popular para la candidatura de Sergio Casas, se apuraron a ubicar al exministro de Defensa y senador nacional Julio Martínez. 

En otro lugar que no hay primarias es en Tucumán, donde Silvia Elías de Pérez, José Cano y Alfonso Prat Gay son los nombres que más resuenan, con intención de ir por una lista única frente a un PJ debilitado por la división de los votos peronistas. Juan Manzur y José Alperovich confirmaron que competirán enfrenteados en las generales, lo que produce una esperanza para el oficialismo. 

En Santa Fe, Cornejo intervino la UCR a pedido del candidato José Corral, lo que permitirá enfilarse tras Cambiemos con candidato propio y dejar de lado el Frente Progresista. Pese a que se sostiene la disputa interna frente al posible quiebre del partido, el color de la bandera será siempre roja radical, aún si van aliados al socialismo y acompañan a Antonio Bonfatti.

En Río Negro, el radicalismo desplazó al bendecido de la Rosada, Sergio Wisky y posicionó a Lorena Matzen. En Entre Ríos lograron imponer a Atilio Benedetti y en Chubut a Gustavo Menna, mientras que en Mendoza también analizan llevar nombres radicales en las fórmulas de Omar de Marchi.

Dentro de este paisaje, el macrismo busca colocar la mayor cantidad de aliados posibles, no sólo en las listas de gobernadores sino también en las de legisladores, en búsqueda de conseguir poder en las tierras donde se extinguió el respaldo popular.

La esperanza es lo último que se pierde y con el alejamiento de la figura de Macri y el reposicionamiento de personajes fuertes del radicalismo, Cambiemos lograría atravesar la difícil situación que prevén las encuestas.