Menos de un mes duró la promesa de Gustavo Alfaro. En aquella primera conferencia de prensa en Cardales, el flamante nuevo entrenador de Nicolás Burdisso había asegurado que Carlos Tevez sería el emblema del nuevo Boca Juniors.

Cinco partidos después (tres triunfos) de ese rotundo apoyo, el ex técnico de Arsenal, San Lorenzo y Huracán mandó al banco al Apache. Sin necesidad de rotación, lesiones ni suspensiones. La decisión fue netamente deportiva y estratégica.

A favor de Alfaro, cierto es que el ritmo, el volumen y la calidad futbolística del Xeneize cuando Tevez estuvo en cancha no fue el deseado. Mucho menos los resultados: perdieron el amistoso ante Unión de Santa Fe, sufrieron para rescatar un punto en la cancha de Newell's y mostraron un rendimiento opaco ante Godoy Cruz.

En cambio, con la presencia del ex Vélez Sarsfield, Boca venció con altura a Aldosivi (2-1) en Mar del Plata, goleó a San Martín en San Juan (4-0) y remató al Tomba en La Bombonera con un gran gol suyo de tiro libre.

Sin embargo, y aunque los rendimientos de ambos futbolistas avalan su decisión, Alfaro cayó preso en su propia trampa. Sin la espalda de la idolatría que sí respaldaron a Arruabarruena y Barros Schelotto en los inicios de sus mandatos, se recostó en "el jugador más emblemático que tiene Boca".

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Él mismo admitió, sin sonrojarse, esa retroalimentación. Así como el entrenador necesitaba el respaldo del jugador con, acaso, mayor peso en el vestuario, Tevez también tenía la urgencia de volver a ser el abanderado de un equipo y medio país en pleno proceso de refundación.

"Yo necesito apoyarme en él, porque tiene que estar al frente. Boca necesita de su contagio, es el que más lo puede dar. Le sobra para bancársela. La gloria que él quiere, la queremos todos", había declarado durante aquella tarde en el ostentoso country del norte del Gran Buenos Aires.

La camiseta 10, la cinta de capitán y la bandera del "nuevo" Boca no alcanzaron para sostenerlo entre los titulares. Alfaro rompió su promesa y Mauro Zárate estará desde el inicio ante Belgrano en Córdoba. Tevez, al igual que durante la última parte de la era Barros Schelotto, lo mirará desde el banco.