La construcción de un gobierno de unidad nacional que cimente las bases para que la Argentina logre salir a flote de la crisis es un argumento que esgrimen quienes difieren de las políticas oficialistas y reniegan del regreso de Cristina Kirchner al poder. En esta línea, el periodista Eduardo Van der Kooy le criticó al peronismo federal la anteposición de un presunto salvador antes de focalizar en la necesidad de la construcción política.

En las últimas semanas, la figura de Roberto Lavagna, impulsada por quienes pretenden quebrar la polarización y sustentada en el visto bueno de los mercados, tomó un protagonimo central: las encuestas del mes de enero marcan que más del 30% de la población nacional, desencantada con el gobierno y espantada ante el eventual regreso de la expresidenta, está dispuesta a elegir otra alternativa política.

Compra Van der Kooy la fórmula del peronismo amable y le exige a mirar más allá de un "salvador"

El editorialista de Clarín aboga la teoría de que ni Mauricio Macri ni la líder de Unidad Ciudadana cuentan con la seguridad para ganar los comicios. Si bien el salvavidas del Fondo Monetario Internacional le otorgó al Ejecutivo los dólares frescos para tranquilizar la crisis cambiaria y el itinerario para alcanzar el equilibrio fiscal, la recesión económica no vislumbra la luz al final del túnel y los brotes verdes aún no se perciben.

Por su parte, la senadora nacional afrontará en el año cinco juicios orales y públicos, y si se añade la causa de los cuadernos de las coimas que amenaza con volver a la primera plana, seguramente Cristina deba desfilar por Comodoro Py en pleno proceso electoral.

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Van der Kooy, que halaga el desempeño de Lavagna como ministro de Economía en tiempos oscuros para el país, advierte que el presente -a nivel nacional y mundial- es completamente distinto y que el tiempo ha pasado para todos los actores.

Así, insta al peronismo federal a articular una alternativa política que haga hincapié en los consensos y deje de lado la recurrencia a circunstanciales figuras que oficien de salvadores, como un golpe de magia que le permitirá a la Argentina despojarse de los males que la aquejan. Eso se asimila con la ficción.