Los gestos son inequívocos. Por separado dicen mucho y si se los junta son contundentes; el peronismo ya está pensando en volver a su casa, el Partido Justicialista. Un paso sólido, aunque subterráneo lo dieron los emisarios del massismo, en un evento en el Hotel Alvear la semana pasada. Le preguntaron al exapoderado del PJ, Jorge Landau, con quién tienen que hablar para participar de las elecciones del PJ de Buenos Aires, para nuevas autoridades. Ayer hubo dos movimientos más. Uno concreto y el otro simbólico. Tres intendentes K se reunieron con el senador Miguel Ángel Pichetto. El otro, ocurrió en el cuasi debate de TN.  Sergio Massa le reprochó a Florencio Randazzo no haber ido a una interna. Si bien las elecciones son en 17 días, y en ellas se define mucho de lo que hay en juego, Cristina Kirchner parece ya no ser la carta decisiva en el armado político.