La estrategia no es muy original. Burlando intenta transformar a Thelma Fardin en la “mala víctima”, una teoría patriarcal clásica ante los casos de violencia de género de cualquier tipo que se basa en “ensuciar” a la mujer que denuncia: mientras más aspectos de su vida sean políticamente incorrectos o cuestionables, más fácil se les va a hacer a los abogados como el de Juan Darthés.  ¿Y si Thelma tiene problemas familiares, psicológicos o tendencias suicidas como dijo su media hermana? ¿Y si fuese drogadicta, alcohólica o pobre? ¿A esas chicas no las violan? 

Después de un fin de año de puro coraje y exposición, Thelma se fue de vacaciones. Mientras tanto, la denuncia penal contra Darthés está hecha en Nicaragua y su abogada, Sabrina Cartabia, publica las novedades de la causa para intentar calmar a la prensa. 

Mientras tanto, Burlando se pasea por los móviles de televisión y hace una semana amaga con que tiene un “testigo clave” para aniquilar el relato de Thelma. Finalmente, hoy se develó el misterio: la media hermana de la actriz paralizó a los medios poniéndose del lado del denunciado.

Los mismos que desconfían de la credibilidad de las palabras de Thelma se aferran a las palabras de su media hermana, Carla Lescano, que asegura que su entonces compañero de elenco no la violó, aunque no estuvo en Nicaragua y no se sabe ni siquiera si tienen relación.

Mientras Lola Chomnalez, la chica que asesinaron en Uruguay, era una pobre víctima de la violencia que tan solo había ido a leer un libro a la playa, Melina Romero, que vivía cruzando la General Paz y no contaba con los mismos recursos económicos, era una "fanática de los boliches que abandonó la secundaria". Las diferencias en la cobertura de ambos casos era clara, aunque eran dos chicas víctimas del peor eslabón de la violencia machista. 

Los hechos de violencia de género no se pueden descontextualizar de los demás tipos de violencia, porque también se miden con la vara clasista y con una empatía selectiva a la hora de señalar o apañar a la víctima. 

Después de la conferencia junto a Actrices Argentinas, Thelma contó que Por qué volvías cada verano, el libro de la periodista Belén López Peiró, la ayudó a hablar. La autora escupe su historia de vida y genera escalofríos contando cómo fue violada sistemáticamente por un familiar. Lo que también eriza la piel es el miedo que le daba contarlo por cómo reaccionaría su familia y que, finalmente, terminaron todos divididos después de que ella denunciara lo que sufrió. Es difícil denunciar la violencia machista porque, entre otras cosas, hasta tu propia familia puede cuestionarte. 

"La revictimización se manifiesta de diferentes maneras: se descree de nuestras denuncias, se busca desprestigiarnos y esto nos sucede aún dentro de nuestras familias grupos de amigos, de trabajo", explicó Cartabia en su cuenta de Twitter al intentar desactivar la ola de ataques a Thelma por un testimonio que, aclaró, por ahora no tiene validez jurídica.

Este caso no escapa de la lógica de la mayoría de las denuncias que se hacen por violencia de género -de cualquier tipo-, aunque haya sido televisada y con un número enorme de artistas reconocidas respaldándola: el foco se pone en ella. Si ahora el eje mediático se centrará en develar qué tan buena es la relación de la víctima con todo su árbol genealógico, Burlando cumplirá su objetivo: el foco está puesto en ella y no en Darthés.