Ayer, en la reunión de la mesa chica del PRO, Marcos Peña, Horacio Rodríguez Larreta y otros dirigentes de peso analizaron el escenario electoral para 2019 e hicieron especial foco en la provincia de Córdoba, donde crece la tensión por la puja entre las candidaturas de Mario Negri y Ramón Mestre. 

Los números de los sondeos en el interior del país no arrojan buenos resultados para Cambiemos. En la provincia que gobierna Juan Schiaretti, el presidente Mauricio Macri obtuvo en 2015 el 53,24% de los votos y llegó a tener, al asumir, hasta un 75% de imagen positiva. Hoy el escenario es distinto: según los números de Jaime Durán Barba, el mandatario apenas supera el 40% de aprobación y quiere evitar una interna que ponga en riesgo el consenso al interior de la alianza. 

Frente a esto, la posibilidad de acordar una fórmula única se está haciendo cuesta arriba. Pese a que en Córdoba no hay PASO, en diciembre pasado el actual intendente de la ciudad y presidente de la Unión Cívica Radical, Ramón Mestre, hizo una presentación ante la Justicia electoral para que se realicen el 17 de marzo próximo. 

Presiona Marcos para evitar la interna en Córdoba entre el favorito Negri y el "rebelde" Mestre

Además de Mestre, había otros tres precandidatos: el jefe de interbloque de Cambiemos en la Cámara de Diputados, Mario Negri, su compañero de bancada del PRO Héctor Baldassi y el ex embajador argentino en Ecuador, Luis Juez. Según confirmaron a El Canciller, los tres se reunieron el miércoles 2 en la Casa Rosada y ya tienen acuerdo para ir juntos en una lista, con Juez por la intendencia. 

Días atrás, Mestre había apuntado la necesidad de que el radicalismo obtuviera de su mano una mayor injerencia en Cambiemos en Córdoba. Terco y obstinado, hoy insiste con disputar la interna si o si encabezando lista, mientras que Negri, Baldassi y Juez no consideran que sea la persona indicada. 

Desde el círculo de Negri, aseguran que Mestre ya unificó las elecciones de Ciudad con las de la Provincia y que apuesta a ser candidato a gobernador para arrastrarle votos al candidato a intendente que elija, de modo que si pierde contra Schiaretti el 12 de mayo, al menos su espacio podría conservar la ciudad. 

La cúpula del macrismo insiste en que la solución deberá ser dialoguista poniendo foco en los números que surjan de las encuestas ya que la falta de resolución podrá perjudicar las chances de la coalición no sólo frente a Schiaretti, sino en la carrera presidencial. Sin embargo, Mestre cree que los porcentajes de los sondeos no son el mejor método y apuesta al sufragio.

La interna se convierte entonces en una opción más que posible y habrá que esperar para ver qué posicionamiento toma el Ejecutivo en las próximas semanas.