El INDEC difundió el Estimador Mensual de Actividad económica (EMAE) que se retrajo un 4% interanual en octubre y suma un nuevo dolor de cabeza para el oficialismo.

Es que el informe funciona como un anticipo de lo que será la caída del producto bruto interno (PBI) y el acumulado del año muestra una baja del 1,7 respecto del anterior. La única buena noticia es que el primer mes del cuarto trimestre marcó una mejora del 0,9% respecto de septiembre 2018. 

El comercio mayorista, minorista y reparaciones mostró la mayor incidencia en la contracción interanual con más de 1 punto y medio. Lo sigue la Industria manufacturera con casi un punto en descenso y Transporte y comunicaciones (-0,27).

Por otro lado se explica que durante el mes de octubre se haya registrado una suba debido a que septiembre generó muchas dudas sobre el cierre del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que finalmente sucedió. Sumado a que el dolar recién alcanzaba algún nivel de estabilidad.  

Un dato interesante es que en el mismo mes de 2017, mientras sucedían las elecciones legislativas, la economía aumentaba un 5,2 % interanual, gracias al Comercio y la Industria, las mismas que hoy arrojan índices negativos.

También aportaban a la suba las actividades inmobiliarias y la Construcción, que hoy ni siquiera se encuentran registradas. Ese indicador solo se asemejaba al de julio del mismo año con un 5,1%, que coincidentemente fue el mes en el que se presentaron las listas electorales.

Entonces surge la pregunta, ¿cómo hará el Gobierno de cara al 2019 para alcanzar estos parámetros económicos si se tiene en cuenta que también habrá elecciones? Un punto en contra: según sus propios anuncios la Construcción no avanzará, ya que la obra pública está paralizada. Por ello, Vaca Muerta y el campo tienen puestas todas las expectativas cambiemitas.

Con la obra pública paralizada, se desploma la economía y enciende las alarmas en el Gobierno