El déficit cero que propone el Gobierno es sostenido con deuda externa y ésta proviene en su mayoría de las arcas del Fondo Monetario Internacional. En el camino a 2019, el oficialismo sostiene que la deuda es sustentable. Los economistas afirman que esto es cierto para el año electoral, pero nadie va mucho más allá. Los mercados entregan su cuota de desconfianza y hacer subir al riesgo país y la tasa de interés encuentra la misma resistencia que en la era de Luis Caputo para bajar de la línea del 60%.

Si se mira con detenimiento, la paz cambiaria que logró Guido Sandleris no responde a que el presidente del Banco Central genere más confianza que su predecesor. Recién en el presente, luego de varios meses de apretones monetarios y con miles de millones de pesos sacados a la fuerza de la plaza, la tasa de interés volvió a los niveles a los que la había llevado Luis Caputo, al que también se lo criticó por congelar el crédito con esta medida.

¿Qué pasa después de 2019?


Basta mirar el riesgo país para mostrar que la confianza en Argentina se mantiene baja. El indicador cerró el lunes a 753 puntos básicos, valor que no alcanzaba desde la corrida cambiaria que eyectó a Caputo en la corrida cambiaria de agosto. En el Gobierno aseguran que el riesgo país sube porque crece la incertidumbre de los mercados frente a la reelección de Macri; es decir, el indicador aumenta a medida que la oposición -puntualmente Cristina Kirchner- mejora su imagen frente al electorado.

Es lógico que el oficialismo busque instalar que el riesgo país (o la desconfianza de los mercados) crece por motivos políticos. Incluso es probable que una parte del incremento se deba a lo antes mencionado. Aún así, el Gobierno también sabe que sobran otros argumentos: el aumento exponencial de la deuda, las pocas perspectivas de crecimiento, los altos niveles de desocupación y el descontento social producto de una importante pérdida de poder adquisitivo en los sectores asalariados.

El Gobierno dejó claro que el financiamiento del 2019 está blindado. Los privados suscriben a la teoría, pero piden respuestas pensando en 2020 y el oficialismo no las tiene. Estudio Broda, por ejemplo, afirma que la curva de rendimientos de los bonos argentinos indica que el mercado tiene "serias dudas” sobre el financiamiento público a partir del 2020.

El impago de intereses puede derivar en una nueva reestructuración de la deuda. Las fuerzas políticas no macristas dan por sentado que, cualquiera que llegue a Casa Rosada en 2019, va a tener que renegociar con el FMI, que no acepta quitas. El Gobierno asegura que a partir del año próximo, cambiará el contexto financiero para Argentina, y podrán volver a tomar deuda en los mercados a un menor nivel de intereses.


¿Qué es el riesgo país? El riesgo país es un índice económico que mide el peligro de un país para los inversores extranjeros. La variable está altamente relacionada con la capacidad de tomar deuda. Lo que se mide es la diferencia entre el interés que debe pagar un país para tomar deuda, en comparación con el interés que pagan los bonos de la Reserva Federal de los Estados Unidos a 30 años.