Un año tuvo que pasar para que los mandatarios más poderosos del mundo, Donald Trump y Xi Jinping se volvieran a ver cara a cara. Este sábado, Estados Unidos y China acordaron en Buenos Aires que no habrá nuevos aranceles para sus productos a partir del 1 de enero -fecha en que Washington tenía previsto agregar tasas por US$ 200.000 millones-, tras una "muy buena" reunión en la que aliviaron la guerra comercial imperante.

La cita ocurrió al margen de la cumbre del G20, que culminó con graves divisiones en cuanto a temas comerciales. La reunión entre Trump y Xi "transcurrió muy bien", dijo Larry Kudlow, el principal asesor económico de la Casa Blanca.

El acuerdo se enmarca luego de que en el comunicado final de los líderes mundiales, se evocara a los "problemas en el comercio" sin condenar el proteccionismo, el asunto más espinoso en el conflicto entre Estados Unidos y China.

La llamada "guerra comercial" se inició cuando Trump impuso aranceles punitivos a importaciones chinas por valor de 250.000 millones de dólares anuales. La medida provocó represalias de Pekín a 110.000 millones de bienes procedentes de Estados Unidos.

El conflicto comercial entre las dos principales economías del mundo fue el tema clave de la cumbre que se desarrolló en Buenos Aires, y hasta generó algo de zozobra en el gobierno argentino cuando ayer, tras la reunión bilateral entre Macri y Trump, voceros de la Casa Blanca destacaron que el argentino y el norteamericano habían hablado de la "actividad económica depredadora" de China.

Esto fue rápidamente desmentido por la comitiva argentina, y en su conferencia de prensa de cierre, Macri aclaró la situación: "Escuché que iba a tener que elegir -entre los Estados Unidos y China-, y no es así. Argentina demostró que somos capaces de tener muy buenas relaciones con todos los países.