Nadie esperaba que uno de los juegos más anticipados del año, a cargo de uno de los publicadores y desarrolladores más grandes del mundo, se convierta en uno de los lanzamientos triple A con más problemas de la última década. Fallout 76 es un auténtico desastre de funcionamiento, marketing y contenido que mancha el legado de una de las sagas más queridas por la comunidad. Bethesda no da pie con bola y no para de mandarse mocos con varios hechos que comienzan a acumularse y que parecen no tener vuelta atrás.

La cronología es la siguiente: Fallout 76 fue anunciado a finales de mayo de este año con un stream muy particular pero que daba poca información. En ese momento nos enteramos que el juego iba a ser principalmente online y que tendría elementos de supervivencia como si fuera un DayZ o Rust. Esto fue ratificado en la E3 de junio, cuando Bethesda en su escenario nos mostró cómo era Fallout 76 y cómo íbamos a detonar bombas nucleares en este mundo postapocalíptico junto a nuestros amigues. En octubre finalmente tuvimos un período de prueba, una beta, donde descubrimos qué era realmente este enigmático juego.

Ahí la triste realidad nos mostró que todo aquello que había hecho grande a la saga no estaba presente. Los personajes secundarios, la historia, nuestras decisiones, los acompañantes, los asentamientos, etcétera. Ninguna de las cosas que disfrutamos en un Fallout fueron tenidas en cuenta para 76. En cambio nos quedamos con lo peor de esta franquicia: la jugabilidad, sus enemigos y el equipamiento que podemos craftear o que conseguimos al derrotar criaturas. La trama que el juego nos intenta contar se nos presenta en forma de cintas de audio que vamos encontrando por ahí pero que nunca terminan de ser satisfactorias. No nos comprometemos nunca con este mundo que, en teoría, deberíamos tratar de repopular. Vamos a encontrarnos con otros jugadores y eso debería suplir la falta de historia y armado de mundo, pero lamentablemente da más lugar a tener que soportar trolls que a cooperar para sobrevivir.

Pero más allá de lo que es la propuesta a nivel juego, los problemas técnicos son gigantes. El rendimiento en consolas es paupérrimo, al punto que en muchas ocasiones el juego no logra mantener los 30 cuadros por segundo (empeorando por ejemplo si tenemos armas que disparen rápidamente, algo insólito). Hay una cantidad innumerable de errores, bugs y glitches que hacen que el juego se torne casi injugable o que tengamos que abandonar la partida y meternos en otro servidor. Enemigos cuyas animaciones no se activan, misiones que no se activan como corresponde, entre muchísimos otros problemas. 

El bochorno no es sólo a nivel técnico, también lo ha sido a nivel imagen para la empresa. Bethesda se la pasó simulando un silencio de radio en las semanas posteriores al lanzamiento del juego y hace poco recién admitieron estar teniendo problemas de comunicación. A nivel recepción de la crítica y del público también ha sido desastroso este período para Fallout 76, alcanzando solamente un puntaje de 50 sobre 100 en Metacritic. Probablemente sea el título de alto perfil y presupuesto con peores puntajes de la última década, teniendo incluso peores números que No Man’s Sky o Mass Effect Andromeda.

Otro aspecto que no puede manejar bien Bethesda es el de las devoluciones que muchos usuarios están reclamando. En un principio parecía que iban a aceptar devolverle el dinero a ciertas personas en PC, pero luego de que se echaran para atrás en la decisión recibieron el enojo de la gente y de los afectados. Esto llevó a que un estudio de abogados comience a investigar la posibilidad de demandar a Bethesda por negarse a hacer estas devoluciones ante el penoso estado del juego. 

Quizás en un año Fallout 76 es el juego que todos soñábamos que fuera, pero por ahora no está ni cerca en cuanto a contenido, funcionamiento y comunicación. Pocas veces se ha visto a un estudio de los más grandes del mundo pifiar tanto como lo ha hecho Bethesda con este juego. Si lo están disfrutando, me alegro por ustedes, pero el común denominador de la gente se ha topado con una experiencia que no está a la altura de las circunstancias y cuyos problemas técnicos hacen que uno la pase decididamente mal. Ojalá con actualizaciones Fallout 76 mejore, pero van a necesitar un cambio radical para que el público vuelva a confiar y salir nuevamente a este mundo postapocalíptico.