Hoy oficialmente empezó lo que llamamos en economía el “Ciclo Político”, es decir, el ciclo que siguen los gobiernos ante el comienzo de un proceso electoral. Cuando se acercan las elecciones, se suelen poner en marcha medidas de política económica que permitan convencer al electorado. Pero, en Argentina, el proceso empieza casi un año antes.

En una etapa de recesión fuerte, el presidente Mauricio Macri anunció hoy un paquete de medidas destinadas específicamente a la clase media, vinculado a un problema que aqueja a este sector social desde la vuelta a la democracia: la casa propia, o en su defecto, el alquiler.

Entre los anuncios se destacaron exenciones impositivas para aquellas constructoras que destinen su negocio a la creación de viviendas para clase media y baja. La ley prevé fuertes reducciones en IVA, Débitos y Créditos, Ingresos Brutos e Impuesto a las Ganancias. Se busca financiar la construcción de viviendas de hasta 140.000 UVAs y promover la construcción de 60.000 viviendas con estos beneficios en 4 años. 

Vuelve el plan PROCREAR con un presupuesto de $10 mil millones, originarios del FGS de la ANSES, con un subsidio que apunte directamente a la tasa y no al capital. Además, se actualizan los montos máximos del ProCreAr Ahorro Joven.

En relación a los alquileres, se amplían las garantías a utilizar en un contrato de alquiler, un factor que debilitaba la posición del inquilino ante el propietario. Por otro lado, se aumenta de 2 a 3 años el plazo en los contratos de alquiler, lo que reduce en términos reales el costo de las comisiones, depósitos y adelantos. 

Se relanza el programa Mejor Hogar, en coordinación con los créditos ANSES para mejoramiento, ampliación y refacción del hogar, con descuentos del 5% al 20% en corralones de todo el país para la compra de materiales y productos para el hogar. Esto incluye créditos de hasta $80.000 para jubilados y beneficiaros de AUH.

Entre todos los anuncios hechos, quizás el más valioso es la aplicación de un nuevo tope en los aumentos de las cuotas UVA. El UVA es un coeficiente elaborado por el BCRA, que ajusta el monto de la cuota de un préstamo hipotecario en función del aumento del costo promedio de construcción. Este tope será de 10 puntos porcentuales por encima del CVS, que es el coeficiente que mide la variación de los salarios en el sector privado y público. Es decir, se limitará el costo de la cuota crediticia en función del ajuste salarial, creando menos presión sobre los deudores. La evolución de la cuota será más lineal y los bolsillos seguramente lo sentirán en el corto plazo. El nuevo tope estará vigente tanto para los créditos que ya fueron otorgados como los nuevos.

Esta medida aparece alineada al nuevo informe de los bancos, elaborado por el BCRA, donde empiezan a aparecer los primeros datos luego de la tormenta financiera.

Los préstamos de las líneas hipotecarias aumentaron en términos reales casi 17% durante el último año, un dato no tan malo, teniendo en cuenta el aumento considerable en las propiedades. Esto se suma a un leve aumento de la morosidad en los pagos de las cuotas que alcanzó el 0,2% mensual durante agosto. Si bien los datos no suenan desalentadores, hoy el acceso al crédito hipotecario está totalmente limitado a sueldos altos y a trabajadores registrados que puedan demostrar el ingreso suficiente para el pago de la cuota.

Las medidas tomadas por el Gobierno tienen un objetivo fijo: ganar otra vez la confianza de la clase media, que representan el 45% del país.