El panorama económico del país es cada vez más alertante. Después de la megadevaluación de agosto, se configura ahora una crisis que golpea a todos los sectores de la economía y que se acentuará, al menos, hasta que termine el año. Ventas de supermercado, patentamiento de autos, cierre de algunas fábricas y viajes al exterior. Casi todo cae y crece el pesimismo en la Argentina de Mauricio Macri.

Impacto en el changuito


Si bien las ventas de los hipermercados cayeron tan sólo 1% interanualmente, los autoservicios y supermercados chinos ven un desplome en sus ventas: el descenso fue de 4% interanual. Sin la espalda suficiente para ofrecer grandes promociones y descuentos, los dueños no ven el rebote en el horizonte y aseguran que todo irá a peor.

El halo de esperanza: los precios cuidados. Si bien habían caído sus ventas por las promociones propias de los comercios, el nuevo esquema del programa con la firma kirchnerista podría dar vuelta las cosas. Abarcará la regulación de unos 550 productos que competirán con las promociones propias de cada comercio.

Viajes al exterior


La demanda de viajes al exterior registra contracciones de hasta 35%. La megadevaluación hace que Chile no seduzca tanto y Miami sea un anhelo. Crece 6% la segunda marca de los destinos de la clase media: los viajes por Argentina. La incertidumbre hace que pocos se presten a hacer un viaje dolarizado.

Puntualmente, la mayoría de los viajes a Chile o Miami eran, además de para descansar o “hacer turismo”, para comprar bienes elásticos (ropa, electrónica, etc.). Sin embargo, la corrida cambiaria hace que los productos ya no sean significativamente más baratos y cada vez menos gente tiene excedente para hacer un viaje de shopping. Con el dólar caro, las aerolíneas reciben el impacto pero la industria del turismo sale beneficiada.

Venta de autos


Aunque hay un festival de descuentos, el patentamiento de autos cayó 35% respecto de 2017, año récord en venta de choques. Con el crédito quieto por las altas tasas de interés del Banco Central y los aumentos de las unidades por encima del que corre sobre el poder de compra, pocos corren el riesgo de sumar un pasivo mensual a su salario.

Las promociones agresivas no hacen efecto. Las concesionarias acumulan autos sin vender mientras pagan los costos financieros del stock. Teniendo en cuenta que el volumen mensual de operaciones es de unas 60.000 unidades, habría más de 150.000 vehículos en stock entre fábricas, importadores y concesionarias.


El Gobierno espera el repunte recién para la segunda mitad de 2019. Por ahora, sólo diagrama medidas para paliar los efectos de la recesión y evitar el desborde social. Aunque no se espera que las ventas de los supermercados caigan mucho más, autos y viajes al exterior seguirían congelados por tiempo indeterminado.