La Unión Industrial Argentina está en su peor momento. A los pésimos números de la economía se le sumó el escándalo de los cuadernos, en la que aparecen varios de sus más distinguidos miembros, con Techint a la cabeza.

De los dos temas se habló ayer en la reunión de la Junta Directiva de la entidad, donde los empresarios se quejaron por la caída de la actividad y las tasas de interés y criticaron a algunos funcionarios nacionales, pero también algunos propusieron pedirles licencia a los involucrados en la causa.

Antes, hubo dos encuentros de los sectores que se alternan la conducción de la entidad: la Celeste y Blanca y los Industriales. Allí, todos acordaron en intentar despegar a la UIA del escándalo y se escuchó la idea de las licencias, algo que por ahora quedó descartado, según indicaron a El Canciller fuentes de la entidad industrial.

"Hay que preservar la institución, diferenciarnos", sostuvo el presidente, Miguel Acevedo. Héctor Méndez, su antecesor, fue más combativo y apuntó directo contra Paolo Rocca y Luis Betnaza, de Techint: "Muchachos, si a una empresa la investigan en Brasil, en Italia y acá, es que algo pasa". No fue el único: otros apuntaron contra Betnaza por haber admitido las coimas, algo que no hizo el titular de ADIMRA, Juan Carlos Lascurain.

La idea de las licencias la tuvo Martín Dedeu, presidente de la Cámara de la Minería, que además pidió que se conforme "una especie de" tribunal de ética.

En la reunión de los Industriales, la posta la tomó, como siempre, José De Mendiguren, que intentó diferenciar a las pymes de las grandes: "Wagner contó cómo se repartían la plata y nosotros estamos lejos de eso. la mayoría son pymes que se levantan a las 5 de la mañana y lidian cada día con tasas de interés pornográficas. Hay que salir a marcar la cancha".