Un día después de dar un duro discurso contra sus colegas que votaron en contra del aborto legal, y a pocas horas de que el Senado decida que tratará el miércoles los allanamientos a Cristina Kirchner, Miguel Pichetto confirmó que será candidato a presidente el año que viene.

En un acto en La Plata, el líder del bloque Argentina Federal anticipó que será "uno de los candidatos" del peronismo en las próximas elecciones, llamó a construir un frente junto a partidos provinciales y criticó con dureza a la expresidenta y a Mauricio Macri. 

"En los últimos cuatro años del kirchnerismo tuvimos inflación, emisión monetaria descontrolada, aumento del gasto público y el único empleo que creció fue el empleo público", señaló, en línea con las críticas que los funcionarios económicos del macrismo le hacen a la última gestión de Cristina. 

Pero, para que nadie lo acuse de ser un macrista encubierto, se despachó también contra las medidas económicas de la actual gestión: apuntó que "se aumentó el endeudamiento externo", que "las paritarias fueron siempre a la baja" y "hubo 40% de devaluación".

Subrayó, además, que el año que viene habrá al menos "tres espacios": Cambiemos, Unidad Ciudadana y el Peronismo Federal. Rechazó así, de plano, la posibilidad de competir en una primaria con la expresidenta o con el candidato que le responda.

Al que llenó de elogios fue a Eduardo Duhalde, a quien le colgó la cucarda de ser "quien hizo la reconstrucción de la Argentina". Lo calificó como un gobierno "de perfil parlamentario" y remarcó que "el proceso de recuperación de la economía fue fundamental para levantar a la Argentina".

Horas antes, el Senado había confirmado que el miércoles próximo se tratará en el recinto el pedido de allanamiento de las propiedades de la expresidenta que hizo el juez Claudio Bonadio, luego de que el magistrado presentara los fundamentos de rigor.

En la misma sesión, la Cámara Alta confirmó que se tratarán ese mismo día los proyectos de ley de Extinción de Dominio, que el Poder Ejecutivo considera claves para poder hacerse de los bienes de personas acusadas de delitos, aunque no tengan condena firme.