Rusia 2018, la anestesia de Cambiemos

El fútbol es una pasión mundial y más para los argentinos. Desde que se inició el Mundial en Rusia todos los ojos se posaron sobre la redonda. Los portales de internet, diarios y horas y horas de televisión y radio cubriendo los distintos acontecimientos futbolísticos. A todo esto, se le sumó el errático desempeño de la Selección Nacional que exacerbaron las coberturas.

Mientras tanto, el mundo de la política y la economía opera en un segundo plano de la agenda mediática. Esto no quiere decir que el mundial tape todo, como se suele decir, pero sí es una verdad que el espacio comunicacional se encuentra copado por notas deportivas y de color relacionadas a todo lo que pasa en Rusia.

En este marco, a la hora en que la Selección Argentina ofrecía una pálida actuación frente a su par de Croacia, el INDEC reveló que el índice de desempleo fue de 9,1% en el primer trimestre del año. Una leve baja respecto del mismo trimestre de 2017, pero una suba muy fuerte si se lo compara con fines de 2017, cuando había sido del 7,2%.

Al 9,1% de desempleo, una inflación que apunta al 32% y la primera recesión cambiemita, se suman los 354 despidos en Télam, la caída del Merval y un dólar que coquetea con el retorno al descontrol.

El día previo a la definición contra los nigerianos, el paro nacional de la CGT se sintió fuerte y, pese a que desde el oficialismo intentaron bajar la línea de que los paros no sirven para nada, el mismo obligó al Gobierno a sentarse a renegociar las paritarias para cerrarlas en torno al 25%. No obstante, algunas consultoras ya advierten que la inflación podría alcanzar el 32%. La peor noticia para Macri y su equipo, ya que de alcanzar ese número lo obligaría a renegociar el acuerdo con el FMI.

A su vez, el mismo día que la albiceleste se jugaba su pase a octavos frente a Nigeria se anunció el despido de 354 empleados en Télam. La agencia nacional de noticias se encuentra bajo la órbita del ex funcionario de la Alianza, Hernán Lombardi, quien celebró las desvinculaciones a través de las redes sociales. En la misma línea el Director de Télam, Rodolfo Pousá, admitió que los despidos tienen un perfil ideológico. A confesión de partes.

A todo esto se le suma el inicio de la recesión económica, la caída de las acciones en el Merval y un dólar que coquetea con el retorno al descontrol.

El Mundial de Rusia no es una cortina de humo, pero tiene la capacidad de desviar las miradas por un tiempo restando atención pública a diversos temas de relevancia nacional.

La copa mundialista no es una cortina de humo, pero tiene la capacidad de desviar las miradas por un tiempo restando atención pública a diversos temas de relevancia nacional. El caso del mundial de Brasil en 2014 expone esto al máximo. La preparación para el campeonato y el desarrollo del mismo pudo ocultar por un tiempo las falencias económicas, políticas y sociales, pero todo ello terminó decantando en la crisis institucional que eyectó a Dilma Rousseff del poder.

Para Cambiemos el mundial opera como una anestesia, una ausencia temporal de las sensibilidades, pero al ser temporal en algún momento se termina, y más tarde o más temprano esas noticias que hoy ocupan un segundo plano volverán a marcar la agenda del país.

El regreso a la realidad será más duro de lo esperada y quizás solo una copa bajo el brazo de Lionel Messi podrá ayudar a sobrellevar tantas pálidas. Por una de esas ironías de la vida, hoy Mauricio Macri deposita todas sus esperanzas en un kirchnerista como Jorge Sampaoli. Esa sí que no la vimos venir.

Rusia 2018, la anestesia de Cambiemos