Incluso en un partido poco emocionante, la final de la Champions League dejó cuatro goles: fue 3-1 para el Real Madrid, que levantó el título por tercera vez consecutiva y por 13ª vez en su historia. Con una floja actuación del arquero Karius para el Liverpool y un partidazo de Gareth Bale, el Merengue volvió a consagrarse como el mejor de Europa pese a tener un año irregular.