El mismo día en que el Jefe de Gabinete convocó a la oposición a un "Gran Acuerdo Nacional”, el BCRA hizo carne la idea y cerró el "Super Martes” con el dólar mayorista en $24,05, el Merval subiendo y, según lo que pudo trascender, una licitación de LEBACs que venía "muy bien”. Dejando la sensación de una mini pax cambiaria, la prueba de fuego que varios coincidían en señalar que era este martes fue sorteada. De quedar superado el sacudón de las últimas dos semanas, restará luego hacer el control de daños.

La sociedad Sturzenegger – Caputo dio forma al éxito de estos objetivos de corto plazo. En primera instancia, el Banco Central salió a ofertar durante dos días consecutivos USD 5000 a $25, marcando un techo para el precio de la moneda norteamericana. Además de estas firmes movidas, el BCRA salió a operar con dólar futuro para marcar la cancha del precio próximo de la divisa y ordenar expectativas. Con estas iniciativas y conversaciones firmes con grandes tenedores de LEBAC para que suscriban (como señaló Claudio Zuchovicki si para el viernes no se habían ido, la confianza estaba puesta en que hoy se mantendrían), el estímulo final lo dio el Ministerio de Finanzas al anunciar la reapertura de licitación de los títulos del tesoro, denominados BOTE (los chistes, para twitter, acá seamos serios).

Con fondos extranjeros oportunamente interesados en estos títulos, que a largo plazo rinden por encima de 20%, el ingreso de capitales ayudó a que baje el dólar mayorista y se vea una renovada confianza por parte del mercado en las posiciones en pesos. Luego de tanta pulseada, llego el GAN a la calle Reconquista aun en una jornada que amaneció con una nueva alza de la tasa norteamericana.

En el horizonte inmediato queda consolidar esta recuperación del tablero de control por parte del BCRA. Y a partir de ahí analizar un control de daños: de consolidarse este techo de dólar como un nuevo piso, podrían afinarse precisiones sobre los impactos que esta consumada devaluación tenga sobre precios, los cuales ya es seguro que se alejaran de lo esperado a principios de año (al cierre de esta nota, se publicaba el IPC de abril, que cerró con una variación de 2,7%, consolidando la aceleración de la dinámica inflacionaria iniciada en marzo). No hay que dejar de considerar que entre diciembre y hoy, el tipo de cambio se depreció cerca de 40%. Como señaló el economista Martín Alfie en su cuenta de twitter: "Para entender el dilema del gobierno: cuanto más alta sea la cura para frenar la corrida cambiaria (dólar y tasa de interés más altos), más costoso es en términos de actividad económica e inflación luego de que frene, y más difícil de desarmar. Es equilibrio difícil de encontrar”. 

A la vez, sigue firme una desafiante situación internacional, con la tasa estadounidense al alza y las monedas de países emergentes acompañando el movimiento. Y, por último, será importante el desenlace del acuerdo con el FMI tanto para mediar cuán confiable les resulta Argentina como para conocer los condicionamientos que el Fondo proponga. Habiendo ya dado una fuerte suelta de correa al tipo de cambio y endurecido metas fiscales, aspectos vinculados a la reforma laboral y a mayor apertura comercial asoman como posibles líneas que el fondo indique. 

Tras semanas rápidas y furiosas, los más calmos indicadores arrojados por el "Super Martes” dan oxígeno al stress cambiario que acaparó todos los flashes. Pero los desafíos siguen pendientes y el GAN entre el BCRA y los mercados, ya se vio, puede tener más de un capítulo.