Ya definido el campeón y sentenciados los descensos, pero todavía con la clasificación a las copas en veremos, todas las miradas del fin de semana iban a estar puestas en lo que hiciera Boca en Parque Patricios en su visita a Huracán. Con la mente en el partido del próximo miércoles ante Alianza Lima, estaba claro que Guillermo Barros Schelotto pondría en el Ducó a un conjunto alternativo, plagado de suplentes y juveniles. El Xeneize todavía no se había coronado en La Plata cuando comenzó a sentirse el llanto de aquellos que luchaban por un lugar en la Libertadores 2019, con Ariel Holan, DT de Independiente, a la cabeza.

"La misma preocupación que tiene Boca por el partido de Palmeiras es la que tengo por el de ellos contra Huracán", tiró Holan, en referencia al partido que el cuadro brasileño disputará ante Junior de Barranquilla y que puede definir (más allá de lo que pase en La Bombonera) la continuidad de Boca en esta edición de la Copa Libertadores. 

A pesar del gol tempranero de Ignacio Pussetto, Boca salió a la cancha a ganar, como manda su historia. Lo demostró cuando lo dio vuelta por los tantos de Emmanuel Más, Walter Bou y Junior Benítez. En el segundo tiempo, quedó en evidencia la falta de experiencia de algunos pibes, como Gonzalo Goñi -debut absoluto- y Agustín Heredia -apenas su tercer partido-, y Huracán supo aprovecharlo por intermedio de Diego Mendoza y Andrés Chávez. Fue un partido que podría haberlo ganado cualquiera y terminó en un 3 a 3 que dejaba todo en suspenso. Algunas horas más tarde, ya consumada la derrota de Independiente ante Unión de Santa Fe, Holan trató de justificar sus dichos: "No puse en duda la honorabilidad de Boca". Ya era tarde. 

El otro que quedó en el ojo de la tormenta fue Fernando Rapallini, el árbitro del duelo entre quemeros y bosteros, que despertó la ira de Fernando Gago y Guillermo Barros Schelotto: “Ustedes son horribles, dejen de hacer tiempo, el miércoles se quedan afuera de la Copa”, habría dicho el juez, que estuvo presente en el partido contra River por la Supercopa Argentina (fue cuarto árbitro) y que se reencontró con Boca en la derrota frente a Defensa y Justicia. Que el nivel del arbitraje en el fútbol argentino está en un momento flojísimo ni hace falta decirlo. Ojalá la Superliga haga algo.

Para Boca, es momento de dar vuelta la página y enfocarse en el partido del miércoles ante los peruanos, aunque con un ojo en lo que pase en São Paulo. Palmeiras viene de perder el derby contra Corinthians, y pese a estar clasificado con anticipación para los octavos de final de la Libertadores y ser uno de los escoltas en el Brasileirão (recién van 5 fechas), los ánimos con la hinchada están algo caldeados. Habrá que estar atentos.