El dólar se convirtió en un tema central para el Gobierno y golpeó el rumbo económico que pretendía alejar posibles desajustes. Sin embargo, para evitar una fuerte escalada de esa moneda, el Banco Central tuvo que intervenir en tres ocasiones con las reservas de la entidad.

Por eso, después del feriado cambiario por el Día del Trabajador, la idea es esquivar nuevas intervenciones que provoquen una inestabilidad en el mercado y en Cambiemos esperan expectantes la apertura de los mercados, con un ojo en lo que suceda con las tasas de interés en los Estados Unidos.

Entonces, como era de esperarse, el dólar abrió a $21 con un salto de 20 centavos respecto del último cierre. El Central, con Federico Sturzenegger a la cabeza del Banco Central, mantuvo altas las tasas para equilibrar la moneda, en tanto que también podría apelar a las reservas del organismo monetario.

La alarma por el peso del dólar en las últimas semanas también cobró importancia en todo el mundo. Según señala clarín, "el fortalecimiento del dólar contra las monedas del mundo se plasmó en devaluaciones de las monedas emergentes”. En Brasil, el país más poderoso de la región, volvió al nivel de 3,50 reales, cuando unos días atrás estaba en 3,35 reales.

En definitiva, Mauricio Macri, Marcos Peña y la mesa chica del equipo económico del oficialismo tienen como premisa principal evitar que se dispare el dólar y pueda perjudicar las expectativas de los números de la inflación de los próximos meses. Por eso, mantienen la rígida política monetario de no dejar respirar a la divisa e intervenir apenas haya síntomas que superen los 20 pesos.

La estabilidad no golpea por el momento las puertas de la Casa Rosada ni del Banco Central, que digita e interviene según marcan desde la calle Balcarce. Lo que suceda con la economía (el dólar, las tarifas y la inflación) tendrá un impacto preciso en las ilusiones del Gobierno de esquivar los problemas financieros en un año clave rumbo a las elecciones del 2019.

Las pérdidas de reservas del Banco Central en el 2018