Si la derrota de la semana pasada ante Defensa y Justicia y los resultados de los perseguidores invitaban a mantener la calma, la caída frente a Independiente (y el ascenso meteórico de Godoy Cruz) es un llamado a encender todas las alarmas. Que Boca no es el mismo equipo del año pasado, no es ninguna novedad. A las ausencias prolongadas de Darío Benedetto y Fernando Gago, en las últimas semanas se le sumaron las de otros pilares en el once titular de Guillermo Barros Schelotto, todas por lesiones: Carlos Tevez, Edwin Cardona y Paolo Goltz. 

Y ahí está unas de las fallas de Boca en los últimos meses: el recambio no funcionó. Cada vez que el Xeneize perdió 3 o 4 jugadores de los considerados inamovibles, ya sea por lesiones, expulsiones o simplemente para preservarlos, cayó. Así fue ante Argentinos Juniors, Defensa y Justicia e Independiente (a priori, el más perdible de los tres). Y si por momentos los titulares parecen flaquear, qué les queda a los suplentes. Más, Buffarini, Ábila, Espinoza y Benítez, solo por nombrar algunos de los últimos mercados de pases, todavía no demostraron qué hacen en Boca.

Lo de ayer estaba destinado al fracaso desde temprano, con la lesión de Wilmar Barrios. A Boca le faltó juego y el que debía hacerse cargo de eso, Bebelo Reynoso, no estuvo fino. Siempre voluntarioso, Pablo Pérez intentó ser la manija del equipo, pero tampoco lo consiguió. En el medio, lo más destacado fue el debut del pibe Agustín Almendra, que en una corrida demostró buenas condiciones. Dependerá de Guillermo no convertirlo en el nuevo Maroni y dejarlo atornillado por siempre en el banco de suplentes.

El partido, cuándo no, se definió de la manera habitual: con un error de Boca. Esta vez fue Pavón el que tuvo una noche para el olvido y perdió la pelota que derivó en el gol de Benítez. Ahí, otro de los puntos cuestionables: el arquero. Mientras en la transmisión hablaban de un supuesto interés por Gianluigi Buffon (firme candidata a la venta de humo del año), Agustín Rossi se mostró errático durante varias salidas y en el juego con los pies, más de lo mismo que se vio en algunos pasajes del partido contra Palmeiras por la Libertadores. Si bien no se le puede atribuir la culpa del gol, queda la sensación de que no te salva nunca.

Del penal de Gonzalo Verón, que sobre el final del partido recordó su paso por la tierra de los New York Knicks tocando la pelota con la mano todas las veces que pudo, ni vale la pena hablar. No es la primera vez que Ariel Penel deja pasar un penal para Boca. ¡Qué lejos quedaron los tiempos de la AFA bostera!

Cuando apenas quedan 12 puntos en juego, la distancia con el Tomba se redujo solamente a 4 unidades. En lo sucesivo, Boca deberá enfrentarse a Newell’s, Gimnasia LP, Unión y Huracán. Dos equipos que naufragan en la parte baja de la tabla y dos que pelean por un lugar en la copas. Los mendocinos tendrán un panorama similar. La próxima fecha visitarán a Banfield, y luego se verán las caras con San Martín de San Juan, Argentinos Juniors y Tigre.

Guillermo parece no encontrarle la vuelta al equipo y a un torneo que parecía liquidado. El fantasma de La Volpe empieza a asomar. Quedan 4 finales, no hay margen para el error.