Boca Juniors nunca abandonó el liderazgo de la Superliga, está invicto en la Copa Libertadores y tiene varios jugadores del plantel en sus respectivas selecciones nacionales. Parece haber vuelto todo a la normalidad. Sin embargo, en la recta final de la temporada se esfumaron todas las virtudes y reflotaron viejos temores.

Derrotas contra River, la desprolija llegada de Tevez, las bajas por lesiones y otros motivos explican este bajo rendimiento.

Lesiones

El poderío económico le permitió a Boca armar un plantel sumamente extenso y de calidad. Incluso, con los "dos planteles" se suponía que no sufriría las posibles bajas. Pero las lesiones de gravedad que sufrieron Darío Benedetto y Fernando Gago golpearon muy fuerte en el juego del equipo.

La pérdida del generador de juego y del goleador nunca se pudo resolver: así como Pablo Pérez, Nahitán Nández ni Edwin Cardona pueden aportar la claridad ni la precisión del ex Real Madrid, tampoco Carlos Tevez, Wanchope Ábila ni Walter Bou pueden cristalizar las ocasiones como lo hacía el Pipa, quien aún sigue siendo el goleador del equipo en la Superliga.

Tevez y el cabaret

Carlos Tevez se convirtió en un arma de doble filo para el Xeneize. Su regreso tras un año de poca actividad en una liga inferior como la China significó un verdadero desafío para Guillermo Barros Schelotto: tuvo que decidir entre mantener su inoxidable sistema 1-4-3-3 o amoldar la disposición táctica a la comodidad del Apache, que llegaba solo por voluntad y deseo de Angelici.

Triunfó el sistema, aunque el ex Juventus aprovechó sus frecuentes apariciones en televisión para remarcar su incomodidad en el centro de la delantera. Sus apariciones en la cancha tampoco fueron las más acertadas. En las paradas difíciles brilló por su ausencia y, entre lesiones sospechosas y auto postulaciones a la Selección, se encargó de criticar públicamente a algunos compañeros, generando un clima tenso y aspero en el vestuario azul y oro.

Tevez nunca pudo ser el conductor de un equipo que gana más por insistencia que por claridad o volumen de juego. Volvió para retirarse en Boca ganando otra Libertadores que le permita acercarse a la idolatría de Román y hacer olvidar la traición millonaria que realizó en 2016. ¿La gente lo perdonará alguna vez?

Abusos

En medio de la pretemporada, un escándalo golpeó de cerca al mundo Boca. Wilmar Barrios y Edwin Cardona fueron acusados de violencia de género y abusos en un hotel de Puerto Madero, lo que, inevitablemente, se trasladó al rubro futbolístico.

Luego de que la tesorería del club firmara esos exorbitantes cheques para callar a las víctimas, la paciencia de Daniel Angelici comenzó a mermar a medida que los problemas rodearon a su equipo. Con menos días de pretemporada por la causa y constantes viajes con la Selección de Colombia, ambos jugadores no mostraron su mejor nivel en este semestre.

River Plate

Guste o no, River es uno de los principales motivos por el que Boca está pasando un mal momento. El fútbol tiene una cuota de habilidad, de sorpresa, de táctica, pero por sobre todas las cosas de estado de ánimo. El factor anímico es tan determinante para un equipo como lo es un gol durante un partido.

Por eso, la Supercopa Argentina significó un punto de inflexión en la temporada xeneize. Mientras el eterno rival la aprovechó para impulsar un crecimiento en el juego y una escalada en la Superliga, en La Boca sucedió lo inverso.

Aquella dura derrota 2-0 en Mendoza desnudó todas las falencias de un equipo que no puede descansar en las manos de su arquero, que no encuentra calma y templanza en su capitán , que se desordena por culpa de su ídolo y que depende de un joven e inmaduro Cristian Pavón.


Si el único objetivo de Boca fuera la Superliga, estos problemas serían anecdóticos. Pero Angelici abrió la chequera para saldar su mayor deuda: ganar la Copa Libertadores. Y con este panorama es mucho más dificil de lo que parece.