"Me chupa los dos huevitos”. A Mirtha Legrand no le importa estar en el ojo de la tormenta. Al contrario, siente que transita un momento de su carrera ("la mitad”) en el que quiere marcar la cancha con personajes distintos a los normales: "Cuanto más anormales, mejor”. 

Así, y luego de la brutal aparición de Natacha Jaitt, la diva prepara una cena "bien quilombera” para el próximo sábado. Entre otros invitados, están confirmados Kevin Spacey, Cecilia Pando y Milton Casco, personajes involucrados en denuncias y polémicas de distintos tamaños a lo largo de los últimos meses.

"La idea es que se terminen cagando a trompadas al aire”, admite Nacho Viale, quien niega otra vez –y rotundamente- una operación de prensa detrás del cambio de rumbo de la diva: "No sé lo que es una operación: si me ponés adelante una operación y un pote de dulce de leche light, no sé cuál es cuál, soy mucho más boludo de lo que parezco”.

Al respecto, el nieto de Mirtha cree que la gente construyó "una falsa imagen” sobre él y que lo idolatran porque "garchó bastante bien” entre las celebridades del ambiente, pero que "posta” es "un tarado a pedal”. Sus declaraciones van en sintonía con las de otras fuentes de la producción: "Le decimos Nabo Viale, pero con cariño”.

Al margen de todo, Mirtha sólo insiste en mostrar el entusiasmo por la renovada faceta de su ciclo, que en mayo próximo cumplirá los 125 años al aire: "El otro día estaba mandándome snaps con Mauricio (Macri) y me di cuenta de que la Argentina me necesita bien metida, sin tantas boludeces de chimentos”.

Su nieto cree algo parecido: "La abuela está con toda, imaginate que son los últimos tiros, jajaajajaj”. Además, lleva tranquilidad sobre la continuidad del ciclo: "Si Mirtha vive cinco años más, me puedo retirar sin laburar, no vamos a aflojar ahora”.