La eterna discusión de expectativas vs realidad se reaviva con el lanzamiento de Sea Of Thieves. Este juego de piratas desarrollado por Rare (Donkey Kong Country, Banjo Kazooie) fue anunciado en la E3 de 2015 y desde ese entonces nuestras ganas de jugarlo y nuestra suposición de qué podríamos finalmente hacer en el juego, fueron creciendo. En nuestra cabeza fuimos idealizando el juego, una fórmula destinada a la decepción, porque ese hipotético juego siempre va a ser mejor que el producto final.

Sea Of Thieves sin embargo fue medianamente honesto con lo que en él íbamos a poder hacer. Nos dijeron desde un principio que íbamos a poder ser piratas, jugar solo o con otros jugadores, comandar nuestro barco, enfrentarnos con otros piratas controlados por humanos alrededor de todo el mundo, buscar tesoros y pelear contra esqueletos y otras amenazas controladas por la inteligencia artificial. Si eso les parece poco, no son los únicos.

Sea Of Thieves: una de piratas que no convence

A lo largo de estos meses, Sea Of Thieves fue lanzando varias betas (cerradas y abiertas) para que la gente pudiera probar el juego. En esas pruebas se pudo ver mucho potencial y la esperanza de que el juego final estuviera un poco más completo, que tuviera más variedad de misiones, más interacciones, distintos enemigos, un buen sistema de progresión, entre otras cosas. El problema es que cuando finalmente pudimos probar el juego completo, nos dimos cuenta que no íbamos a tener nada de eso. Quizás lo tengamos en un tiempo con futuras actualizaciones, con buen soporte de parte de los desarrolladores; pero la realidad es que por hoy no están presentes.

Porque las expectativas a veces las pone el marketing mismo (caso No Man’s Sky), otras la gente misma pero también es la propia industria que va subiendo su vara y va estableciendo nuevos y mejores estándares. El gaming en 2018 tiene ciertas expectativas con respecto a juegos que proponen mundos online, que van siendo actualizados y donde podemos jugar con amigos o amigas. Son los famosos juegos como servicio que ahora están copando la industria; títulos que no son nada fáciles de hacer, pero que cada vez nos ofrecen experiencias más pulidas.

En ese contexto tener un juego tan vacío de contenido, donde somos piratas que podemos atacar barcos enemigos pero no robarlos, donde el único sentido de progresión son elementos cosméticos, donde llegar a un ranking de pirata legendario sólo nos da acceso a un taverna apenas más copada con misiones apenas más largas y más difíciles, no es suficiente. 

Sea Of Thieves es un juego que se apoya pura y exclusivamente en las ganas que el usuario le ponga de crear sus propias anécdotas y experiencias. Lo hecho por Rare es un título pensado para la era del streaming, donde todo se exagera en vivo, donde el role playing es obligatorio para que tanto el streamer como el espectador no se aburran. En ese contexto el juego funciona, es divertido, es medio desfachatado e impredecible. 

Sea Of Thieves: una de piratas que no convence

Hay valor en que un juego intente algo diferente y no nos lleve de la mano o no nos ponga una zanahoria en frente para motivarnos. Pero los sistemas de Sea Of Thieves todavía no están tan ajustados como para que la responsabilidad de la diversión y del disfrute caiga exclusivamente en el consumidor. El juego debe aportar lo suyo.

Sobre todo cuando es una experiencia que vale $60 dólares. No me gusta analizar los juegos en base a su precio o determinar si X cantidad de contenido justifican haber pagado X cantidad de plata. Pero Sea Of Thieves es uno de esos juegos que le da combustible a los que piensan de esa manera. Sin embargo Microsoft intentó un nuevo sistema de distribución para este juego exclusivo: todas aquellas personas que estén suscriptos al Xbox Game Pass pueden disfrutar del juego completo sin poner un peso adicional. 

Game Pass es una especie de Netflix donde pagamos una suscripción mensual y tenemos acceso a un montón de juegos de Xbox One y Xbox 360. Es un gran servicio que brinda un catálogo bastante grande y que de ahora en más te dará acceso a los juegos "first party” de Microsoft. Las malas lenguas dirán que la empresa tomó esta decisión porque no le tiene tanta fe a estos juegos para bancársela por su cuenta. Sea Of Thieves es el primer ejemplo y parece justificar esta teoría conspirativa. Veremos qué pasa más adelante Crackdown 3 y State Of Decay 2.

Desde Microsoft se salió a decir que Sea Of Thieves ya tiene más de 2 millones de usuarios, un número realmente bueno para el poco tiempo que lleva en el mercado. Pero la gran duda es qué porcentaje de ese número son usuarios de Game Pass. Por otro lado el juego está padeciendo varios problemas técnicos, de servidores y encima de hackers que utilizan algunos programas para sacar ventaja (aunque nadie sabe bien para qué lo hacen si la progresión poco importa). Esos no fueron sus únicos problemas. Rare tuvo que dar marcha atrás a la intención de poner una penalidad a la hora de morir (íbamos a perder una cierta cantidad de oro) y el hecho de que durante un tiempo los usuarios de Game Pass no podían acceder al juego.

Sólo el tiempo dirá hacia dónde llevará el viento a Sea Of Thieves. Por ahora el camino está siendo escabroso y con un mar que no ofrece tregua. Es un juego que podría ser la gran fantasía pirata que hace mucho venimos esperando en el gaming pero que se queda muy corto en su ejecución. Si en futuras actualizaciones hay cambios sustanciales a la progresión y a la estructura de las misiones, puede que encontremos ese tesoro que tanto estamos buscando.