El periodista Luis Majul ejerció el total protagonismo de una especie de saga de escuchas entre la expresidenta Cristina Fernández y el ex funcionario Oscar Parrilli. Insultos, conversaciones privadas y más fueron publicadas en el programa La Cornisa y en radio Berlín.

Allí, divertido, el conductor televisivo sentía con el poder en sus manos de la senadora nacional. Sin embargo, en el último mes la Corte Suprema le puso un freno a la serie, aunque no evitó la publicación de nuevos capítulos. El máximo tribunal pidió que el Congreso creara una comisión para determinar el origen de las escuchas.

Una semana después, los integrantes de la Corte firmaron una solicitada para exigir también al titular de la AFI explicaciones sobre las conversaciones filtradas. Acorralados por la opinión pública y por parte del Círculo Rojo, Majul insiste con sus ensayos provisorios para desviar las responsabilidades.

Hoy, en su columna en La Nación, insistió con su tesis para buscar argumentos. Subió al ring al titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, al camarista Martín Irurzun y al juez federal Ariel Lijo. "Me voy a servir del artículo 43 de la Constitución Nacional. El que se invoca para proteger las fuentes de información de las que dispusimos”, afirma el periodista, esquivando la principal cuestión de fondo: ¿quién le entregó las escuchas?

Después, en el marco de la críticas del oficialismo y de la oposición, dijo: "Más allá de sonar como ficción, son conversaciones reales y, desde mi perspectiva profesional, de absoluto interés público. La explicación de por qué las vamos poniendo en el aire "por entregas" es porque se trata de muchas horas de conversación”.

Luego, Majul realiza un orden cronológico desde que las escuchas se realizan hasta que existe la posibilidad de su filtración. Toda una explicación para terminar con la conclusión: el encargado de haber entregado las escuchas fue el mismísimo protagonista, Oscar Parrilli.

Una novela que también incomoda al Gobierno. ¿Por qué? Es una práctica que hoy le tocó a Cristina pero que en algún momento le puede suceder a los altos funcionarios de Cambiemos. Majul esquiva las balas pero está en el centro de escena para la Corte Suprema. Él, mientras, ensaya nuevas explicaciones extrañas sobre las escuchas entre políticos de la Argentina.