Desde Cambiemos salieron rápido a desmentir que hayan trabajado con ellos. Las mayores suspicacias contra los “amarillos” partieron porque es el espacio político que supo darle una preponderancia inusitada a Facebook -y demás redes sociales en menos medida- tanto en el uso como en la pauta publicitaria. El PRO utiliza una plataforma llamada “Movilización” para las campañas electorales. Eso le valió la relación con Cambridge. En el 2016 el jefe de Gabinete Marcos Peña se quedara con el control de las bases de datos de organismos oficiales, como por ejemplo la Anses.

Según contó LaPolíticaOnline, en el PRO rechazaron trabajar con Cambridge Analytica “porque ofrecen un paquete llave en mano” ya que no le revela el algoritmo que utiliza para conseguir los datos. A la Ciudad también le salpicó la caída de la consultora. Resulta que en septiembre del año pasado lanzó una licitación  por 18 millones de pesos que no figura como adjudicada en el Boletín Oficial. En teoría, era para utilizar servicios de análisis de “Big data” para encontrar evasores de impuestos. La empresa británica le ofreció el acceso a bases de datos de Whatsapp, una práctica ilegal y desconocida hasta el momento. 

Cambridge Analytica es una compañía británica creada en 2013 por Alexander Nix -se sospecha que es un ex espía británico-, que tiene un convenio con Facebook por el que es una de las pocas que acceden a algoritmo para realizar campañas segmentadas con un alto grado de precisión -pueden segmentar hasta la manzana determinada en la que vive un usuario- y así influir en las elecciones y campañas publicitarias.

Según este medio, Cambridge intentó trabajar con Macri en las elecciones pero no pudo sortear el cerco del gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba, que es quien concentra todas las decisiones dentro de este tipo de contrataciones.

Hay una pelea de fondo: Facebook mantiene una batalla compleja (y millonaria) con los principales medios por la pauta que recibe de los gobiernos, tal como sucede en el país.