La postura de Tinelli ya no tiene nada que ver con su enojo en torno al fútbol. El conductor de televisión da un paso más allá de su bronca por los malos arbitrajes, aunque reconoce que el nivel de los jueces es malo y debería haber una reforma profunda para cambiarlo.

El destinatario de los dichos del vice de San Lorenzo tiene nombre y apellido: Mauricio Macri. En sintonía con su ladero, Matías Lammens, elaboró los últimos días una fuerte cruzada contra el Presidente, mientras en la Casa Rosada prefieren evitar el tema, aunque sigan de cerca las declaraciones del hombre que tiene más rating en la televisión argentina.

"Macri se junta cada dos meses con Guillermo y ni yo me junto tan seguido con el técnico de San Lorenzo", lanzó Tinelli hace algunos días. “La gente dirá si estuvo bien”, agregó, y le tiró la pelota a la sociedad para que define en qué lugar quiere estar.

El dirigente del Ciclón, que actualmente solo se encarga del básquet y está alejado del fútbol, ensayó con sus declaraciones una especie de oposición política, aunque por lo bajo afirma que está lejos de lanzarse a nivel nacional luego de su frustrada conquista para dirigir la AFA.

Ya no esconde su enemistad con Macri, juega a la política por un rato y aparece en primera plana con sus textuales. “Lo quiero mucho a Tinelli. Lo respeto, pero hace rato que decidió retirarse del fútbol. Ya ni viene a las reuniones”, respondió de manera escueta el presidente de Boca, Daniel Angelici, alejándolo de la discusión central. 

Lejos quedaron las amistosas reuniones entre el Presidente y Tinelli en Olivos, allá por 2016. El panorama hoy es totalmente diferente: el conductor, con la bandera de San Lorenzo contra Boca como excusa, entrega señales de su alejamiento de las políticas del Gobierno nacional.