El 1 a 1 entre Boca y San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro dejó todo igual. Si bien es verdad que durante más de la mitad del partido tuvo un hombre de más (dos sobre el final) y no supo sacarle provecho, el Xeneize parece no tener competencia en el medio local y, salvo una catástrofe similar (o peor) a la de Ricardo La Volpe en el Apertura 2006, se encamina hacia un nuevo título.

Los 6 puntos de diferencia cuando aún falta poco menos de la mitad del campeonato parecen definitivos. Más cuando en las próximas 5 fechas el Ciclón deberá enfrentar a tres que están peleando arriba: Independiente, Unión y Huracán (también jugará ante Newell’s y Gimnasia LP). Los mismos 5 encuentros que tendrá Boca en el cierre del torneo, que en lo inmediato se medirá con equipos más preocupados por mantener la categoría, como Temperley, Tigre o San Martín de San Juan. Estirar la ventaja en esta consecuencia, prácticamente puede definir el asunto.

Lo cierto es que desde lo colectivo a Boca no le sobra nada, pero se las arregla con individualidades. ¿Quién iba a decir hace unos meses que Lisandro Magallán (¡Ma-ga-llán!) iba a ser uno de los puntos altos de la defensa? En el medio, Wilmar Barrios y Nahitan Nández son garantía y Pablo Pérez, si está bien, es intocable. Y si ante San Lorenzo Cristian Pavón, Edwin Cardona y Walter Bou no estuvieron a la altura, apareció Carlos Tevez para salvarles las papas. Sin Darío Benedetto por un rato largo y con Carlitos incómodo siendo 9, ¿será la hora de Wanchope Ábila? Boca tiene variantes de sobra en casi todos los puestos. Será trabajo de Guillermo hacer que encajen las piezas.

Match point a la Superliga y a pensar en la Libertadores

Pero todo esto de la Superliga es una excusa. Un entrenamiento por los puntos para lo que realmente importa. El plato fuerte de la temporada, la Copa Libertadores de América. La que vino a buscar Carlos Tevez. Pero ¿qué le espera a Boca en la Copa? Los del Mellizo debutan en poco menos de un mes en Perú, frente a Alianza Lima. Luego les tocará enfrentar al Palmeiras de Brasil, y a uno de estos cuatro: Carabobo de Venezuela, Guaraní de Paraguay, Olimpia de Paraguay o Junior de Colombia.

De los dos confirmados, Palmeiras es el rival de temer: hasta ahora ganó los 5 encuentros que disputó por el campeonato paulista (está bien, ante equipos de escasa relevancia, excepto el último, este fin de semana contra Santos). El Verdão mantuvo la base de las últimas dos temporadas (campeón nacional en 2016 y subcampeón en 2017) y se reforzó en puestos clave con jugadores de calidad. Alianza Lima, por su parte, arrancó su defensa del título del torneo peruano este domingo con un tímido empate 1 a 1 ante Comerciantes Unidos (¿quién?) que encendió las alarmas, aunque es consciente de que sería un milagro que pasara a los octavos de final de la Copa.

Todo hace suponer que argentinos y brasileños no tendrán demasiados problemas para avanzar a la próxima fase. Y ahí no hay margen de error. Una desatención en la pelota parada (de esas que abundaron frente a San Lorenzo), una llegada tarde a un cruce o una pelota perdida en una salida o en la mitad de la cancha te dejan afuera de todo. Y si no, busquen en YouTube el video del partido contra Independiente del Valle en La Bombonera.