En el Mercedes-Benz Stadium, los New Englands Patriots y los Los Ángeles Rams disputarán el LIII Super Bowl este domingo a partir de las 20:30 (hora argentina).

En nuestro país, el fútbol americano es una gran incógnita; sin embargo, existen algunas certezas: hay un jugador que se llama Tom Brady que es "el Messi de ellos" (aunque por su edad -41- también se asemeja un poco con Manu Ginóbili), hay un espectáculo en la mitad del partido, que suele ser más importante que el partido en sí, y todos los contratos del evento manejan cifras que uno se aburre leyendo los ceros.

En esta 53° edición, los 30 segundos de publicidad cuestan aproximadamente 5,3 millones de dólares. ¿Por qué? Se estima que del otro lado de la pantalla hay 115 millones de personas viendo el nuevo modelo de Hyundai, lo crocante que son las Pringles o lo mejorado que viene el innecesariamente perfeccionado envase de una Pepsi.

Alitas de pollo, cerveza y contratos millonarios: Super Bowl, el show más yankee de la Tierra

El Super Bowl es, ante todo, un evento que trasciende al deporte. En general, todo lo estadounidense tiene esta característica: incluso el indudable mejor básquet del mundo -la NBA- brinda espectáculos cuyo presupuesto extradeportivo está plagado de ceros.

Maroon 5 será la principal atracción del evento y sólo contará con 13 minutos para ganarse los aplausos de las 71.000 personas que pagaron entre US$2.500 y US$9.000 para sentarse en el Mercedes-Benz Stadium.

Eso sí, algunos espectadores no verán saciada su sed de ocio aunque la tecnología norteamericana logre resucitar a Michael Jackson: se trata de aquellos que pagaron por una reventa, valuada entre 16 y 25 mil dólares.

También se han presentado estafas con las entradas al Super Bowl.
También se han presentado estafas con las entradas al Super Bowl.

Como los pochoclos en el cine y las bebidas en los cruceros de lujo, la verdadera ganancia está en las cosas más pequeñas: de acuerdo a estudio de la CNN y el Consejo Nacional del Pollo, en el Super Bowl se venderán 1.380 millones de alitas de pollo y 1.650 millones de litros de cerveza.

Sin embargo, la fiesta del domingo se paga el lunes: el día después de este evento es el de mayor abstencionismo laboral en Estados Unidos. Por suerte, no todo lo que se consume es un catalizador para la obesidad: las dos semanas previas a esta gran final, Estados Unidos importa 40 mil toneladas de palta* de México.

Alitas de pollo, cerveza y contratos millonarios: Super Bowl, el show más yankee de la Tierra

*Este dato es cierto pero esconde una gran mentira, ya que la palta se importa para hacer guacamole y acompañar a los nachos que, como se puede suponer, todo buen norteamericano acompaña de queso cheddar y bacon.