El año 2017 volvió a esgrimir lo que el 2016 en materia económica. El oficialismo, cuyo discurso de campaña centró en el segundo semestre del año pasado, aún no pudo trasmitir a la sociedad los logros, para algunos inexistentes, de la gestión de Cambiemos en las carteras económicas.

Si bien se prevé un aumento del PBI que ronda entre el dos y el tres por ciento, el acumulado de los últimos dos años deja como saldo un empate técnico, convertido en derrota si se tiene en cuenta el aumento de la población del país que se estima en un por ciento anual

En la economía, el oficialismo continúa viviendo de promesas y pidiendo crédito a través de votos. "Quiero que me evalúen por si pude bajar la pobreza”, sentencia el presidente Mauricio Macri cada vez que tiene la oportunidad. Lo cierto es que a su segundo año de gestión esta meta tampoco está cerca de ser cumplida: la pobreza del 30 por ciento que dejó el kirchnerismo no varió mientras que la indigencia subió.

Para el año próximo, se espera otra leve alza del PBI. Si los números y el dinero que la gobernadora Maria Eugenia Vidal va a recibir ayudan, es probable que durante el 2018 sí haya una reducción de la pobreza, puesto que la provincia de Buenos Aires y, puntualmente el conurbano, concentra la mayor cantidad de personas por debajo de la línea de pobreza que traza el Indec.

Federico Sturzenegger

El presidente del Banco Central fue uno de los más criticados. Su meta de inflación para este año 12 más menos cinco puntos, es decir, como máximo 17 por ciento, estuvo muy lejos de ser cumplida (se estima que ronde el 24 por ciento). 

Durante el año, mantuvo unas altas tasas de interés y presionó el precio del dólar a través de la deuda que su entidad financiera emitió. 

A fin de año, el resultado es nulo: el dólar subió casi 20 por ciento, la inflación es cercana a 24 y sus altas tasas de interés sólo sirvieron para convertir a las Lebacs en una inversión cada vez más seductora.