Luis Majul invita un café, pero no le pone azúcar: "Desde que asumió Macri, ya viene endulzado", advierte. Son las ocho de la mañana y el periodista recién se levanta: "Bancame que me echo un clorito y vuelvo.

En Macriland no hay pobreza, ni desocupación, ni inseguridad. "En este momento, gracias a la lluvia de inversiones, ya hay dos empleos y cuatro estaciones de subte por habitante", subraya Majul, quien admite por lo bajo lo mucho que le cuesta mantenerse todavía "así de imparcial y distante del poder".

En ese sentido, recordó algunas de las últimas críticas que le viene realizando al presidente Macri: "Este nuevo mandato hasta el 2040 me parece demasiado breve, el país necesita previsibilidad", asegura Majul y lanza una denuncia explosiva: "Nadie está trabajando en el nacimiento de otro Macri ni pensando en clonarlo, se va a ir todo a la concha de la lora".

Por lo pronto, y como el resto de los habitantes de Macriland, Majul disfruta de las ventajas de un país pujante y ganador. "Messi levanta un Mundial por año", se emociona el conductor de La Cornisa, programa que ahora se emite de lunes a viernes en cadena nacional.

"Con Messi, fue clave la participación de Mauricio", señala el también conductor de La Red, quien destaca el trabajo del presidente como "máxima autoridad de la Selección y de todo, en general".

Los desafíos por delante en Macriland son muchos y de lo más variados. "Sé de buena fuente que en Cambiemos están pensando en comprar Uruguay y Chile, de mínima, aunque podrían ofertar por una parte de Brasil", apunta Majul y aclara, entre sonrisas, "la parte sin pobres".

El proyecto ya despertó las primeras críticas de la oposición, en particular de lo que queda del kirchnerismo. Sin embargo, y acaso por una cuestión de tiempo, Majul no pudo garantizar darles aire a esas opiniones: "Me importa tres carajos lo que opine Cristina, la quiero ver presa", sostiene, y agrega: "Me chupa las bolitas".

Otros enemigos del también empresario son los ex panelistas de 678: "Arruinaron el periodismo con ese nivel de obsecuencia inmoral", se indigna, y amplía, al borde de la furia: "Encima para pegarle a Mauricio, basuras".

Claro que nada de eso lo hace perder la calma que se vive en Macriland, donde ser feliz es la única opción: "Y si no, te las tomás”"