No hay vuelta atrás. El jueves 21 de febrero, el dirigente sindical y líder de Camioneros, Hugo Moyano, llevará adelante su marcha contra el Gobierno así lo acompañen unos pocos o miles de personas. Al mismo tiempo, tal como indicó el sindicalista Pablo Micheli, de no concretarse un acuerdo en las próximas semanas, los gremios convocarán a un paro nacional el próximo mes.

Daer no; Schmid sí, Micheli también, Cavallieri no, Martínez tampoco; Los porotos se cuentan de a uno de los dos lados para mostrar cuán debilitado está el adversario. La estrategia del Gobierno es clara: aislar a Moyano argumentando que su convocatoria responde a cuestiones personales y a las causas del líder sindical en la Justicia. Moyano, del otro lado, intenta demostrar que no fue él quien firmó numerosos contratos con los Macri en la gestión capitalina y que se trata de un reclamo por los trabajadores.

A última hora, el PJ bonaerense encabezado por los intendentes Gustavo Menéndez y Fernando Gray se sumó a la marcha. "Cada día el sueldo de los trabajadores alcanza menos porque la inflación no para", alertaron, y agregaron: "Adherimos para pedirle a Macri que cambie el rumbo y volvamos a construir una Argentina para todos", remarcaron.

PJ Bonaerense: "Adherimos para pedirle a Macri que cambie el rumbo y volvamos a construir una Argentina para todos"

Con el acompañamiento de varios sectores del kirchnerismo, el PJ bonaerense -el PJ Nacional y el de la Ciudad no participarán-, Roberto Baradel y Sergio Palazzo, Moyano promete una marcha que "demuestre a quién siguen las bases”. Sin embargo, al líder sindical le preocupa la seguridad de los manifestantes y ya le tiró la pelota al adversario: "He hecho muchas marchas y nunca pasó nada". En esta materia, el Gobierno enfrentará una nueva prueba de fuego.

Los incidentes de la reforma previsional, tanto el día en que su debate fue postergado y aquel en que el proyecto se convirtió en ley en el Congreso, dejan ahora al Gobierno en jaque a la hora de intentar evitar disturbios. "Sin policías a la vista”, es la estrategia que traza el Ejecutivo. Sin embargo, sí habrá 1500 efectivos afectados al operativo de seguridad y listos para actuar.

"No queremos que se generen tensiones innecesarias. No habrá policías en la marcha. Pero ante una situación de desborde, se actuará”, dijeron en el Gobierno de la Ciudad según consignó Clarín.  ¿Podrá el Gobierno salir ileso de una marcha que busca incomodarlo?