El último sábado, el Gobierno extendió el congelamiento de las tarifas de los combustibles. Pese a esto, YPF aumentó 13 centavos del precio del litro de nafta super, pasó a $55,47, y 15 centavos el litro de la nafta premium Infinia, a $ 61,69.

El decreto 196/2020 del último fin de semana no es aplicable al dióxido de carbono, el cual aumentó 10 centavos en las naftas y 11 en el gasoil. Ante esto, YPF trasladó esas subas a los precios de las naftas. Esto implica un incremento del 0,24% en los precios finales en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mientras que es menor para el interior del país y el Gran Buenos Aires porque tienen valores más caros.

Cuando la empresa estatal alza los valores del combustible, en general las demás petroleras se suman a los incrementos. 

El Proyecto de Ley de Reforma Tributaria de 2017 incluyó el impuesto al dióxido de carbono para gravar a distintos combustibles fósiles en base a su capacidad de generar emisiones contaminantes.

La actualización del impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al Carbono estaba prevista para este mes. La postergación del precio se hizo hasta el 31 de marzo mediante el decreto.

El texto sostiene que las medidas tomadas para que las modificaciones impositivas no impacten en los precios “han obedecido a la necesidad de brindar una respuesta inmediata frente a las actuales circunstancias coyunturales y de estabilizar los precios de los combustibles comprendidos en su alcance”.

Al finalizar el decreto se dispone "un nuevo diferimiento de los incrementos en los montos del impuesto sobre los combustibles líquidos que han sido prorrogados por los decretos 103/19 y 118/20, y diferir también los incrementos en los montos del referido impuesto derivados de la actualización correspondiente al cuarto trimestre de 2019".