Cuando parecía que el arreglo con el FMI iba a ser el principal foco de análisis periodístico del viernes, una noticia impactó en la mañana argentina: en un ejercicio de rutina, Manuel Lanzini se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha y será baja para el Mundial de Rusia que comienza la semana próxima.

Fue un baldazo de agua fría para la concentración argentina por varias razones: el jugador del West Ham se perfilaba para ser titular en el debut ante Islandia a partir de buenos rendimientos en los últimos amistosos (fundamentalmente ante Italia) y, por sobre todo, era el socio ideal que Sampaoli imaginaba para Messi.

La predilección del crack del Barcelona por Lanzini es conocida. Tal es así que, hace algunos meses, se rumorea que Leo le pidió a la dirigencia catalana que compre al volante del West Ham. Sampaoli había pensado en juntar a ambos jugadores en el amistoso con España, pero por sendas lesiones el DT se quedó sin su prueba, que luego se daría ante la débil Haití. 

La idea del cuerpo técnico era que el volante jugase por la derecha y desde ese sector llegara con profundidad hasta el área rival. Es decir: Messi suelto en el centro del ataque y su fiel ladero a un costado.

Incluso, en el humillante 1-6, se pudo ver a Messi y a Lanzini juntos en un palco del estadio. Según comentan los periodistas que cubren la concentración de Argentina en Barcelona, Leo fue uno de los más afectados por la baja del volante, lo que evidencia que existe una relación personal, más allá de la dupla que pudieron haber conformado en las canchas de Rusia.

Es la segunda vez que Lanzini se pierde una cita importante a días de su comienzo, ya que anteriormente había sido desafectado del plantel que iba a disputar los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, por un esguince de rodilla. En aquella oportunidad, Cristian Pavón fue su reemplazante.

Por otra parte, el volante surgido en River lideraba la nueva camada de jugadores jóvenes que, con cierta dificultad, logró hacerse un lugar en las convocatorias y, ahora, en la lista mundialista. Giovani Lo Celso y Pavón son los otros exponentes del recambio que se viene en la Selección Argentina.

Las características de Lanzini, volante ofensivo, con llegada al arco desde los dos costados, hacen que no se vislumbre con facilidad quién será su reemplazante natural. Ricardo Centurión era número puesto para ser el jugador 23, pero su reciente operación de apendicitis prácticamente lo descarta. ¿Será Enzo Pérez? El jugador de River ya sabe lo que es jugar una final del mundo y siempre rindió en la Selección. 

Guido Pizarro es otro de los candidatos. El volante era número puesto en la lista, pero la inclusión de Cristian Ansaldi, por la lesión de Gabriel Mercado, lo terminó dejando sin pasaje a Rusia. De ser elegido, el jugador del Tigres sería una buena opción para el medio campo, en caso que Lucas Biglia no se recupere bien de su lesión. Podría jugar solo o junto a Javier Mascherano. Leandro Paredes es otro que podría aparecer en el radar de Sampaoli en estas horas. Quedó fuera de la lista por poco y también tiene características ofensivas.  

En definitiva, a ocho días del debut ante Islandia, el DT tiene más dudas que certezas. Será clave levantar anímicamente al grupo, ante el lógico bajón que implica la baja de Lanzini, un jugador querido por el plantel y, sobre todo, por Messi. Una sociedad que estaba armada, pero que a último momento el destino decidió disolverla.